
El Municipio de Molinaseca que ocupa una superficie de 79,4 km2, se sitúa al este del Bierzo, en el área de contacto de la hoya con las estribaciones de los Montes de León. Por esta razón, en su mayor parte es una zona de montaña, constituida por materiales paleozoicos pizarras y cuarcitas, en la que los ríos Miruelo y Paradasolana, con sus afluentes (como el arroyo de Las Tejedas), que descienden de las cumbres de los mencionados Montes de León, han abierto angostos valles encajados en las pizarras, pues han de salvar grandes’ desniveles desde sus cabeceras, a más de 1200 metros de altitud, hasta los 600 metros de la fosa del Bierzo, para desembocar en el Boeza, del que son afluentes.
Frente a los valles de fuertes pendientes, son escasos los espacios llanos, que se limitan al fondo de las vaguadas o más frecuentemente a rellanos («chanos» o «lombas»), que de cuando en cuando aparecen en las laderas, y en los que, generalmente, se levantan los pueblos del municipio. La única excepción a la montaña es Molinaseca, en el pie de monte, villa que se agazapa a orillas del Miruelo, cuando ya éste se abre en un valle amplio hacia la hoya del Bierzo, sobre los materiales terciarios y cuaternarios arcillosos que en su mayor parte la constituyen.
El clima del municipio es el característico de la montaña berciana, con una elevada pluviosidad, muchas veces en forma de nieve; una temperatura anual suave, pero con grandes diferencias térmicas entre un verano cálido, aunque no en exceso, y un invierno largo y frío. Sólo Molinaseca, más baja y más resguardada en el fondo del valle, ve suavizadas esas condiciones climáticas, que se asemejan más a las del Bierzo Bajo, del que realmente forma parte.
El tapiz vegetal es rico en especies tanto atlánticas como mediterráneas. Abunda el monte y el matorral de brezo, las escobas y las carqueixas en las zonas más elevadas, junto con pequeños bosquecillo s, de roble en las zonas protegidas de las umbrías (abesedos), y de encina en las solanas1 . En el fondo de los valles crecen los sotos de castaños, humeiros, fresnos y otros arboles de ribera.
El Municipio de Molinaseca lo forman los pueblos de El Acebo, Folgoso y las Tejedas2, Castrillo del Monte, Onamio, Paradasolana, Riego de Ambrós y Molinaseca. Como zona de montaña de escasos recursos agrarios, aunque cuenta con abundantes tierras de pasto y monte, es un espacio en gran medida marginal. Por esa razón, el municipio ha sufrido a lo largo de este siglo, especialmente durante los años sesenta, un intenso proceso de despoblación, por lo que ha visto reducida su población a menos de 1000 habitantes. Varios de sus núcleos incluso están despoblados, como Castrillo del Monte, Folgoso del Monte y las Tejedas. Hoy, la mayor parte de sus habitantes se concentran en la capital del municipio, villa que cuenta con una importante industria cárnica, en la que sobresalen sus célebres embutidos, y un atractivo sector turístico, con numerosos establecimientos de hostelería.
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El abrupto relieve de Molinaseca y las duras condiciones climáticas descritas podrían hacemos pensar que este municipio, como buena parte de la Tierra de Montes, a la que en puridad pertenece, fue una comarca tradicionalmente aislada y deshabitada; todo lo contrario. El municipio de Molinaseca fue durante siglos la vía natural de acceso al Bierzo y a Galicia desde la Meseta, a través del puerto de Foncebadón, por el que discurren la Via Augusta o Antiqua y el Camino de Santiago.
Sólo durante el periodo romano, en el que se valorizó la entrada por Manzanal, con la construcción de la Via Nova en el siglo I, aquel paso fue temporalmente poco utilizado. Por el contrario, desde el siglo VII hasta el siglo XVIII (en que Carlos Lemaur construye por Manzanal, y en gran parte utilizando el antiguo trazado de la Via Nova, la nueva carretera a Galicia), el puerto de Foncebadón fue el paso más intensamente utilizado por viajeros, peregrinos, comerciantes y por los segadores gallegos. El abandono de esta vía de entrada al Bierzo y el paulatino aislamiento de sus habitantes fueron las principales causas que propiciaron, desde los años sesenta de este siglo, la actual despoblación.
La ruta de Foncebadón fue en la Antigüedad y en la Edad Media el factor más importante en el origen y en el desarrollo del poblamiento del municipio de Molinaseca. Se trata de una vieja ruta prerromana, cuyo origen delatan esos montones de piedras, como el famoso en el que se levanta enhiesta la Cruz de Ferro, formados por la acumulación de morrillos por los caminantes, como una especie de exvoto a los dioses viales, y que deposita cada peregrino o viajero que pasa. Mons Mercurii o Montes de Mercurio les llamaron los romanos, continuando la vieja tradición de los Amilladoiros indígenas3, aunque ahora dedicándoselos a su propio dios, como más tarde harían los cristianos, cristianizándolos.
Esta ruta sería utilizada por Augusto durante las guerras de conquista, entre los años 29 al 19 a C., cuando sometió a los astures que habitaban la comarca del Bierzo. Según algunos autores, ésta coincide con los números 19 y 20 del Itinerario de Antonino, aunque con algunas variantes. De Asturica (Astorga) por Foncebadón, la ruta bajaba a Manjarín y Folgoso del Monte4. Desde aquí unos la continúan siguiendo el posterior Camino Francés, es decir por El Acebo, Riego de Ambrós y Molinaseca; y otros por Paradasolana y Val de Santiago hasta enlazar en el valle del Boeza con Interamnium Flavium, ya en la Via Nova5.
Jalonando la ruta se perciben los vestigios de algunos castros, como el que menciona el texto de la nota cuatro, con el nombre de "castellum de Xano", probablemente situado en las inmediaciones de Castrillo del Monte y varios otros a los que luego nos referiremos.
Los castros pueden definirse como poblados fortificados, pues se encuentran siempre en zonas elevadas y protegidas, añadiendo además toda una serie de estructuras defensivas, que juntas conforman el recinto castreño: fosos, taludes y muralla, todo ello combinado de la manera más variada. Dicho recinto suele ser de poca extensión, de unos 100 metros en su eje mayor aproximadamente; y las viviendas, normalmente de planta circular, están diseminadas por el espacio sin formar calles .
Uno de los castros cercanos a la ruta, lo que es un nuevo indicio para la datación del camino en el periodo prerromano, se encuentra en El Acebo, donde se conserva el topónimo El Castrillo, y en el que aún se perciben restos de paredes.
Más abajo, siguiendo la vía, hay otro castro al Este de Molinaseca, en el lugar llamado El Castro, a la derecha del río Miruelo, sobre un terreno esquistoso. Se trata de un castro en horquilla de forma alargada u ovalada, en el que las murallas apenas se conservan, excepto en la ladera norte, donde hay amontonamientos de piedra probablemente testigos de aquélla. Tiene también foso, pero se desconoce la existencia de materiales arqueológicos, pues no ha sido excavado. Fuera de esta ruta, en Onamio, hay un paraje conocido como la Era del Castro, de planta alargada, en el que no se aprecia muralla, pero tiene un foso bastante amplio en la parte Sur, que es la zona de contacto con la montaña.
Durante la dominación romana no se abandonó completamente esta ruta de Foncebadón, pese a que en el siglo 1 se construyó la Via Nova por Manzanal, de trazado más suave y menos peligroso. Los puentes del Mal Paso, sobre los arroyos Grande y Pequeño, que aguas abajo forman el río Miruelo, comunican la vía Augusta, a través de Lombillo, Valdueza y Ferradillo con las antiguas explotaciones auríferas de las Médulas8. Los puentes del Mal Paso son dos, y la mayor parte de los autores los consideran de probable origen romano. Están construidos sobre la roca, con sendas bóvedas de cañón de mampostería concertada y rejuntada con mortero, siendo más perfecta la del primero sobre el arroyo Grande que la del segundo. Los arcos son algo peraltados, con un radio de 5 metros y un ancho de 3,20 metros. Los puentes carecen de pretil y al parecer nunca lo tuvieron.
Los romanos llegaron al Bierzo después de una cruel y desigual guerra, que la historiografía denomina como "guerra contra cántabros y astures", y que se desarrolla entre los años 29 al 19 antes de Cristo 10. Las causas de esta guerra son complejas, pues a los aspectos estrictamente militares de control definitivo de la Península, se añaden motivaciones políticas, como una operación de propaganda y prestigio del nuevo régimen inaugurado por Augusto. Pero no faltaron los motivos económicos, sobre todo la explotación del oro del Bierzo, que aquí, como en las zonas limítrofes de Asturias y Galicia, se encuentra en las arenas de los ríos, en las rocas de las montañas que lo circundan y especialmente en los terrenos sedimentarios que en la mayor parte lo constituyen.
Durante los dos primeros siglos de nuestra era fueron lavados, por diversos procedimientos hidráulicos, llamados arrugia (ruina montium, sistema de arados o coronas de explotación) varios cientos de millones de metros cúbicos de tierra, de los que Roma obtuvo grandes cantidades de oro, que Sánchez Palencia cifra en algo más de 230.000 kg 11 Son clásicas y espectaculares en el Bierzo las explotaciones de Las Médulas, La Leitosa y las numerosas que salpican el valle del Boeza.
Una de estas últimas es la explotación de Castropodame, en las inmediaciones de nuestro municipio, y hacia la que discurren varios carriles, que por Paradas ola recogen aguas de la zona de Castrillo del Monte y de las Tejedas.
Hay incluso cerca de Paradasolana un túnel tallado en la roca, de 15 metros de largo por dos de ancho, que se utilizó para canalizar el agua hacia las explotaciones de Castropodame. El castro de Onamio, del que ya hemos hablado, debió ser también un emplazamiento romano para vigilar los carriles que llevaban agua a dichas explotaciones.
La crisis del Bajo Imperio romano facilitará, en el siglo V, la invasión de la Península Ibérica por varios pueblos germánicos, algunos de los cuales, como los suevos, se asientan en el Noroeste, en la antigua Gallaecia, en la que permanecerán hasta su integración en el reino visigodo, en la segunda mitad del siglo VI.
El Parrochiale Suevum o Divisio Theodomiri, que incluye a Bergido en la diócesis de Astorga,confirma que el Bierzo formó parte del reino suevo. Del mismo modo, la moneda de Sisebuto, acuñada en Bergido Bergido pius, y la vida de san Fructuoso, hijo de un dux visigodo y natural del Bierzo, relatada por san Valerio, son dos pruebas elocuentes de la presencia de los visigodos en la comarca y, por supuesto, en esta zona de los Montes de León. Aquí san Fructuoso erigiría, en el siglo VII, los monasterios de Compludo y Rupiana, para cuyos monjes escribiría «reglas» de enorme durezal.
Será en un privilegio del rey Chindasvinto a san Fructuoso, del año 646, en relación con el monasterio de Compludo, cuando se mencione por primera vez al río Molina, que dará nombre al municipio:
"u quorum vaselica vel monasterium (de Compludo) situm est iuxta ribuZum quod dicitur Molina sub monte lrago in confinioVergidensi".
En el siglo VIII la Península se verá invadida por los musulmanes, que llegan al Bierzo en el año 714. Su presencia en la comarca tiene un carácter precario y efímero, pues desde muy pronto se proyectan sobre ella las apetencias del nuevo reino asturiano, nacido con don Pelayo y sus sucesores. Las fuentes mencionan en el 791 una batalla en Burbia, cerca de Villafranca del Bierzo, en la que las tropas de Bermudo I fueron totalmente derrotadas por Yusuf ben Bujt.
Probablemente esa presencia esporádica musulmana provocó la despoblación de los núcleos más importantes, entre llos Bergido, su capital, y la huida de sus pobladores hacia las montañas más occidentales, donde se sentirían más protegidos. La zona de Molina, cruzada por una de las rutas viarias de penetración al Bierzo, es probable que también se despoblase momentáneamente, pues años más tarde San Cenadio tendrá que restaurar los monasterios abandonados, como los de Rupiana (ahora con el nombre de San Pedro de Montes) y Compludo, que están, como hemos dicho, en sus inmediaciones.
La repoblación y colonización del Bierzo se inicia en los años centrales del siglo IX, en los que el conde Catón, personaje al que el rey Ordoño I encomienda su dirección, lo mencionan las fuentes con el significativo título de «conde del Bierzo»; denominación que supone la existencia de un territorio que, además de entidad geográfica propia, forma una unidad políticoadministrativa, gobernada por un conde. El Bierzo pues, fue en la Alta Edad Media un condado; es decir, un territorio confiado por el rey a un noble para que, en su nombre, lo gobernase y ejerciera sobre él un poder de mando. Los condes tenían a su cargo la protección militar del territorio, el mantenimiento de la paz, la administración de justicia y la recaudación de impuestos.
En la repoblación del Bierzo, además del conde Catón, jugaron un importante papel los monjes y las comunidades aldeanas. Fueron tan numerosos los monasterios de repoblación nacidos en los siglos IX Y X, que el P. Flórez, en el siglo XVIII, no dudó en llamar a esta tierra la «Tebaida berciana», comparándola con aquella egipcia poblada en los siglos IV Y V por miles de anacoretas y cenobitas. Entre esos monasterios, que alcanzan la cifra de 37, podemos citar los más cercanos a nuestro municipio, como los de San Miguel de Almázcara, San Pedro y San Pablo Castañedo, San Andrés de Argutorio, San Facundo, Santa Marina de Montes, Santa Cruz de Montes, San Juan de Cerecedo, San Martín de Montes, San Juan de Irago, Santa María de Tabladillo, Compludo, Santo Tomás de Montes, Peñalba, San Andrés de Montes, San Pedro de Montes y Santa Lucía de Montes18 .
De estos monasterios, el de Santa María de Tabladillo fue el único que se erigió en el municipio de Molinaseca. Se ubicaba en la bajada de Foncebadón al Bierzo, a mano derecha del Camino, en un valle delicioso y recoleto, por el que corre el arroyo Tablatello o Tabladillo, ya mencionado en el documento del año 64619 .
La existencia de este monasterio se remonta, al menos, al siglo X; pues en el año 940 su abad Sebreano asiste a una asamblea celebrada en el monasterio de Peñalba, que presiden el obispo de Astorga Salomón y el rey Ramiro II 20. Otro abad, de nombre Vicemalo, estuvo también en el concilio de Irago, en el año 946, que probablemente se celebró en el monasterio de Compludo.
Durante el concilio, el rey Ramiro II le hizo una importante donación22, estableciendo los límites de su coto monástico. Más tarde, corno la mayoría de estos pequeños monasterios de repoblación, el de Santa María de Tablatello pasó a manos de la iglesia de Astorga, corno nos lo confirma en 1162 el papa Alejandro III23 . Por entonces ya sólo era una iglesia, convertida en parroquia del pueblo surgido a su vera, Las Tejedas. Todavía en 1908, don Silvestre Losada arracedo escribía: "Aún quedan las paredes de su iglesia monacal, dignas de mejor suerte, y en el más lamentable abandono".
Hoy también el pueblo está abandonado, al igual que el cercano de Folgoso del Monte, del que aquél era anexo. Este último pueblo también es mencionado por primera vez en el documento del año 946 ya referido.
Los numerosos monasterios de repoblación bercianos darían paso, en los siglos XI Y XII, con las reformas cluniacense y cisterciense, a un reagrupamiento en tres grandes cenobios masculinos, los benedictinos de San Pedro de Montes y San Andrés de Espinareda, y el cisterciense de Santa María de Carracedo; y dos femeninos, también de esta última orden, los de San Guillerno de Villabuena y San Miguel de las Dueñas. Estos monasterios, sobre todo en el siglo XIII, llevarían a cabo una amplia labor repobladora y roturadora, convirtiéndose en propietarios de extensos dominios señoriales. Dichos dominios se irían formando en esos siglos por las dadivosas donaciones de monarcas, señores y campesinos; y por las compras y permutas que hacen los austeros monjes.
Los dominios monásticos los explotan los monjes ya de forma directa, por medio de granjas y monjes conversos corno hacen los cisterciense s, ya por medio de prioratos y trabajadores siervos, corno quieren los benedictinos25 . En todo caso, a partir del siglo XN ambas órdenes religiosas utilizarán los foros o contratos enfitéuticos, corno la forma más generalizada de explotación de la tierra; sistema que sin grandes modificaciones se mantendrá hasta la exclaustración del siglo XIX. El interés de algunos de estos monasterios, corno los de San Pedro de Montes, Carracedo o San Miguel, así corno el de otros cenobios de fuera de la comarca, corno los de Carrizo, Sandoval o Sobrado, sobre el municipio de Molinaseca lo veremos más adelante.
Al compás del movimiento monástico de los siglos XI Y XII, el auge de las peregrinaciones a Santiago de Compostela, lugar en el que en el siglo IX se descubre la tumba del apóstol Santiago el Mayor, favorecerá el nacimiento y desarrollo de importantes burgos en el Bierzo, corno los de Molinaseca, Ponferrada, Cacabelos y Villafranca En estos burgos, junto a las labores agropecuarias, características de la época, renacerán la vida urbana y las actividades artesanales.
La ruta de peregrinación propiciará la creación de un eje en torno al cual se va a polarizar el proceso de ocupación del territorio, valorizando el espacio cercano a ella, especialmente en el Bierzo Bajo, que será la zona de la comarca que experimente un mayor desarrollo urbano y económico26. Tanto la monarquía y la nobleza, como los obispos y monasterios, potenciarán dicha ruta, concediéndole privilegios, favoreciendo con fueros a sus principales núcleos, abriendo albergues y hospitales, etc.; pero no debemos olvidar que los verdaderos protagonistas serán los peregrinos (término ambiguo con el que se alude a todos los que se mueven por la ruta, por motivos diversos y no siempre religiosos), que inundan durante varios siglos el Camino de Santiago, y muchos de los cuales se asentarán en las villas jacobeas.
El Camino de Santiago
Al que las fuentes denominan en el Bierzo como "strata Sancti Iacobi "(1106), "Camino Francisco" (1162), "Camino Sancti Iacobi "(1162), "stratam peregrinorum" (1205), "viam francorum" (1269), y "camino francés" (1323), entra al Bierzo por Foncebadón, sigue por el Acebo, Riego de Ambrós, Molinaseca y Ponferrada; continúa por Camponaraya,"Cacabelos, Villafranca y el Valle de Valcarce para salir a Galicia por el Cebrero. En su recorrido de setenta kilómetros por la comarca va dejando pueblos y villas, con sus hospitales y alberguerías, en los que los peregrinos encontraban un lugar donde alojarse y reponer sus fatigadas fuerzas. El Codex Calixtinus, del siglo XII, y los numerosos itinerarios (el inglés, 108 del Señor de Caumot, Künig von Vach, von Harff, Viluga, Laffi, etc.), que se suceden desde el mencionado siglo XII hasta el XVIII, siguen siempre ese Camino. Hubo también otro, menos utilizado, por Manzanal; y variantes que, desde Foncebadón, bajaban al valle del Boeza por Fonfría y (Poibueno27), donde existió un monasterio de canónigos de San Agustín (28) .
El camino entraba en el Bierzo por Foncebadón, puerto áspero y penoso, cubierto de nieve durante la mayor parte del invierno; pero con un trazado más corto que el de Manzanal y por el que no hay el obstáculo de los ríos que cortan la comarca de Norte a Sur. La dureza del puerto de Foncebadón, a 1500 metros de altitud, llevó a varios ermitaños ya algunas instituciones religiosas a construir hospitales y albergues para los peregrinos, que contaron siempre con el apoyo de los reyes y con el de los obispos de Astorga. Uno de estos albergues fue el erigido en lo más alto del puerto por un ermitaño de nombre Gaucelmo, a finales del siglo XI o a principios del XII, al que las fuentes denominan como Alberguería de San Salvador de Irago o simplemente de Irago, o como Hospital de Foncebadón o de Yrago. Por decisión de su fundador este hospital y su iglesia pasarían a la catedral de Astorga, que lo mantuvo abierto durante las épocas medieval y moderna(29).
Este hospital de San Salvador de Irago no debe confundirse con el de San Juan de Irago situado (11) in ter fontem abbatonis et majorinus et vocatur Astorica de Rodada", de probable fundación real, pues Fernando II lo entregó en 1180 a un ermitaño de nombre Elvite Juan(30).
El hospital, ya en el límite con e l municipio de Molinaseca, villa al que un documento de 1138 sitúa también debajo del monte Irago(31) , tuvo en ésta varias propiedades, algunas de las cuales conocemos por las fuentes. Así, en 1189 se determina una viña adquirida por el monasterio de Sobrado de este modo: “per terminum de hereditate sancti Iohannís de Yrago” (32); en 1195 otra viña se sitúa “ex alía parte per illam uíneam Sanctí Iohannís de Irago”(33); en 1210 en otra escritura de foro se dice que de lo que trabajen y hagan paguen al hospital la mitad: “de alíís vero laboratibus quod feceretis medíetatem detis ad hospítale Sancti Iohannís de Irato”(34) . En 1237 incluso conocemos a un clérigo de este lugar llamado Rodrigo Pérez, “clerícus Sanctí Johannís de Iragol”, que vende al monasterio de Sandoval una tierra en Molinaseca (35) .
Como se puede ver, son muchas las citas que mencionan el hospital de San Juan de Irago, pero no sabemos si todas ellas se refieren a este San Juan de Irago o a otro que, con el mismo nombre, hubo en Riego de Ambrós, y al que luego aludiremos.
La importancia del Camino de Santiago en nuestro municipio lo delatan, en los siglos XII y XIII, las numerosas referencias al mismo, 26 de las 65 que recoge Durany en su libro para todo el Bierzo (36). De ellas sólo citamos aquéllas que aluden a los distintos nombres del Camino. Por ejemplo, en 1162, venta de unas plazas a Sobrado
“qui sunt in cam ino sancti Iacobi in Molina Sicca inter domum Martii Pelagii et inter possessionen Sacte Marie Superadi” (37);
en 1166, venta de unos molinos en Molinaseca “de una parte strata que discurrit ad Sanctum Jacobum” 38; en 1198, compra de viñas en Molinaseca "per stratam francorum” (39) ; en 1200, venta a Sobrado de una viña "perviam publicam Sancti Iacobi” (40); en 1215, otra al mismo monasterio de una plaza “que iacet in camino Sancti Iacobi in Molina Sica” (41) ; etc. La importancia jacobea de Molinaseca es indudable, no solo por las menciones referidas, sino por que todos los pueblos, a excepción de Onamio (42) y Paradasolana, (43) que no están en la ruta, se sitúan en el Camino de Santiago y mantienen durante siglos una clara vocación jacobea.
Antes de llegar a el Acebo y un poco desviado del Camino se encuentra el pueblo de las Tejedas. Su origen, como vimos anteriormente, estuvo en el monasterio de Santa María de Tabladillo, que ya conocemos desde el siglo X. En torno a la iglesia monástica surgió más tarde una aldea, que pronto debió quedar abandonada y su iglesia derruida. En el siglo XII el sacerdote Juan Estévanez, con el permiso y el apoyo del obispo y el cabildo de Astorga, erigió de nuevo o reconstruyó la iglesia, y a su lado fundó un hospital de peregrinos. Poco después, en 1124, el fundador, probablemente para perpetuar su obra, donó ambos a la iglesia de Astorga, con la condición de que sus obispos "no lo diessen en aprestamo, sino que siempre mantubiessen el hospicio de peregrinos por cuio fín lo auia fundado"44. El lugar se mantuvo habitado durante la Edad Media, pues en 1344 Nuño González, arcediano de Reina, donó en este lugar de Tabladillo,bienes a su hermano Rodrigo Alvarez de Bendaña (45).
Siguiendo la ruta se halla el Acebo, pueblo estrechamente vinculado con la peregrinación a Santiago. El Camino pasa por el centro, por la llamada calle Real, con sus típicas casas serranas de corredores. Las menciones a este lugar son tardías, aunque su iglesia de San Miguel, con espadaña tardorrománica, nos indica que su origen puede remontarse a los siglos XII o XIII. Sabemos por un privilegio de los Reyes Católicos, fechado en Medina del Campo el 21 de mayo de 1489, "que el concejo de El Acebo ha fecho agora un hospital", para acoger a peregrinos; pero todo el importante privilegio de los reyes evoca la vocación jacobea del Acebo. Por él los reyes eximen a sus vecinos de pechos y tributos a cambio de colocar 800 palos o estacas, que jalonen el camino durante el invierno, pues las copiosas nevadas lo ocultaban a la vista, con grave peligro para los viandantes (46).
Desde el Acebo el camino desciende a Riego de Ambrós, lugar que en el año 1169 concedió el rey Fernando II, con el hospital de San Juan de Irago, a la iglesia de Astorga: "Hospitale sancti Johannis de Monte Irago(...) do etiam villam dictam Regum de Ambro” (47). Esta escritura, bastante ambigua, lleva a pensar a M. Durany que el hospital de San Juan de Irago estaba situado en Riego de Ambrós. Años antes, en 1120, este hospital había sido donado a la abadía de Santa María de Cluny de Villafranca por la reina doña Urraca : "in qua ecclesiam Sti Johannis et ospitale de Monte Irago Cluniaco monasterio consessi” (48) .
La donación de Fernando II sería confirmada por Alfonso IX en 1203 : “Regalengum de Congosto, deinde Regum de Ambroz cum hospitale sancti ]ohannis de Irago et cum casa de Molina” (49).
Creo que Con el nombre de San Juan de Irago se mencionan dos hospitales diferentes: uno el cercano a Foncebadón, otro el de Riego de Ambrós. Los datos ofrecidos no permiten, en mi opinión, confundirlos; pues mientras el primero fue entregado por Fernando II a Juan Elvite en 1180, éste de Riego de Ambrós lo fue a la iglesia de Astorga en 1169. Lógicamente no pueden ser el mismo hospital, pese a que tengan la misma advocación. De Riego conocemos otra referencia, como la donación “al altar de San Salvador y Santa María de Foncebadón. a su hospital y al abad don Nuño", que hizo en 1171 Ean Froilaz, de varias posesiones que tenía en Riego de Ambrós” (5o).
Su origen es probablemente anterior, del siglo XI, y como vemos también está estrechamente ligado al Camino.
Una de las manifestaciones más evidentes del proceso de ocupación del territorio y de la ordenación física del mismo, es sin duda la configuración del poblamiento, tanto por el surgimiento de nuevos núcleos de población, como en el desarrollo urbano de los mismos. Lo hemos visto en pueblos como el Acebo y Riego de Ambrós, dos típicos pueblos- calle, con casas que se alinean a lo largo del Camino de Santiago, con sus respectivas iglesias y hospitales; con sus huertos, cortinas y monte en los alrededores. Pero sin duda la que mejor refleja este hecho es la villa de Molinaseca, pues a semejanza de las otras que surgen en el Bierzo a la vera de Camino Jacobeo, Molina llegará a tener un carácter "urbano" o "semiurbano".
La villa se nucleará en torno al puente que cruza el río Miruelo, también llamado Molina, el Camino, la iglesia de san Nicolás y de varios hospitales.
El Origen de Molinaseca
El origen de Molinaseca está estrechamente relacionado con el Camino jacobeo. La población ya existía a finales del siglo XI, pues en 1097 Vita Pelayz y sus hijos donan a San Pedro de Montes varias viñas en Campo, pueblo aledaño, una de las cuales se encuentra "sub illa carraria que discurrit ad Molina Sicca", es decir en el camino de Campo a Molinaseca; y además "duas terras in Molina Secca" que tienen en un pago que se llama Viniola (51).
Ésta es la primera referencia documental, pero seguramente el origen de la villa hay que retrasarla a los primeros años del siglo XI cuando el Camino de Santiago comienza a adquirir un prestigio, que lo inundará de peregrinos hacia Compostela. Desde 1097 no tenemos más referencias hasta 1134, pero en la de este último año se la denomina "villa" , y se nombran viviendo en Molinaseca artesanos como Villelmo Zapatero, Pedro Mercatán; y cuenta ya con " conc!lio" o concejo (52), lo que quiere decir que ya estaba organizaba la vida administrativa de la villa.
Será a partir del siglo XII cuando la villa experimente un acelerado desarrollo económico y urbanístico, como lo demuestran las numerosas alusiones al Camino de Santiago; las menciones a actividades económicas que realizan en la villa los monasterios de Carrizo, Sandoval, Montes y Sobrado; la existencia de varios molinos, un horno de tejas, etc. El crecimiento urbano lo deducimos de las frecuentes ventas de solares y casas; pero sobre todo por la existencia de aquellos tres elementos que caracterizan las villas jacobeas bercianas: el puente, las iglesias y los hospitales.
Tampoco podían faltar las alusiones a nuevos pobladores, que vienen de distintas partes de la Península e incluso de más allá de los Pirineos, como deducimos de algunos antropónimos de vecinos de Molina, como Petro Petri de Castrocalvón, Spaniol, Giraldus Gros, etc. (53), o las referencias explícitas a francos (María Franca, Martinus Franco, Dominicus Franco) e incluso un "vico .francorum", o barrio de francos.
Sin duda alguna, el puente sobre el río Miruelo, que el Camino necesariamente ha de atravesar para proseguir en dirección a Ponferrada, fue un factor decisivo en el nacimiento y en el desarrollo de Molinaseca, como ocurre con Ponferrada, Cacabelos y Villafranca. El puente es un claro elemento jacobeo, y no es casualidad que ya en la primera mención del mismo, en el año 1166, aparezcan con él los otros dos elementos que caracterizan la villa: el Camino de Santiago y los molinos.
El 2 de julio del mencionado año, un tal Melendo Johannis, con su mujer (María Grayel) y sus hijos (Pedro, Azenda y María) donan (la mitad) y venden (la otra mitad) una heredad a San Pedro de Montes, que está "in villa que vocitant Molina secca", y que se compone de "unum molinum et unum solum". Dicha heredad se delimita por una parte “strata que discurrit ad sanclum Jacobum", y por la otra "del Spaniol" (nombre característico, como ya dijimos, de gentes ultrapireanicas asentadas en la villa). Más adelante, el documento precisa ("illo molino, qui esl circa pontem") que el molino está cerca del puente(54) .
A dicho puente se refiere también otra escritura de junio de 1198, por la que el monasterio gallego de Sobrado adquiere una viña, que está "in uilla que uocitant Molina sicca et iacet iuxta pontem"(55) .
Desde entonces son numerosos los documentos que hablan del puente, como uno de 1202 en que Iohannes Uilelmiz vende a Sobrado una "plaza quam habeo in Sicca Mulina, iusta pontem in capite pontis", al lado del puente y en la cabeza o comienzo del puente; plaza que tiene por términos, "de una parte dom Ramiro et de domna Stephanina, de alía parte Marina Uilelmiz".
Nueva referencia al Camino, pues continúa diciendo que de allí sale al Camino de Santiago: "exiit in caminum Sancti Iacobi" (56). El Camino y el puente los recuerda también otra escritura de 1212, por la que María Ramírez vende a Juan de Spania una era y un pedregal que "iacet ultra ponte et est terminato, de una parte, per terminos Sancte Marie Villefrance” (57), “et per terminos de Superado et per camino francisco, et quomodo diuiditur usque riuulo Maiori, et per ipsa ponte” 58 .
El río Miruelo se lo conoce frecuentemente como el río Mayor, que se forma de los arroyos Grande y Pequeño, como ya hemos dicho.
Origen del Puente
El origen del puente puede ser romano, como afirman algunos autores, pues en la parte próxima a la población, la fábrica presenta tres bóvedas más antiguas que sus compañeras, hoy embotadas en el conjunto del puente. Éste sufrió varias ampliaciones y restauraciones en el curso de su historia, en parte como consecuencia de las variaciones del lecho del río. Una de éstas se llevó a cabo en el siglo XVIII; otra fue realizada en 1980 por la Dirección General de Arquitectura, con proyecto de José C. Velasco. El puente es de sillería con siete bóvedas de luces que van de los 4,20 a los 8 metros; las tres primeras por la margen derecha pertenecen, como hemos dicho, a un puente más antiguo y están semienterradas por lo que sus arcos de medio punto parecen escarzanos; el resto son más modernas, de medio cañón y peraltadas, aunque hoy también modificadas. El ancho del puente varía de 2,6 metros en su lado Este hasta casi 4 metros en la bajada hacia la calle Real. Posee pretiles hechos de mortero y el pavimento es de cantos rodados (59) .
Origen del nombre Molinaseca
Molinaseca debe su nombre, probablemente, a la existencia sobre el río Miruelo de varios molinos. De hecho, su nombre es un derivado de "molinum", en la forma plural neutra "molina", por ser no uno sino varios los molinos que existieron en la villa, como vamos a ver; y del adjetivo " siccum " , con el significado de "molinos secos(60). Es posible que lo de los molinos secos se explique porque, al estar construidos sobre el curso del río, las modificaciones de éste los dejaba temporalmente en seco. Por eso, más tarde hubo de construirse acequias y nuevos molinos en ellas, para que movieran sus rodeznos. Según Javier García, "Seca", como otros topónimos leoneses (la Seca, Canseco) podría no derivar del adjetivo latino mencionado, sino de la raíz hidronímica SE(I)G o SEGH, con el significado de molinos del río (61), explicación que me parece también muy plausible.
Los molinos estaban construidos sobre el río y sobre una presa, como la que todavía discurre paralela por su orilla izquierda. Las fuentes, lo hemos dicho, documentan varios molinos en la villa. Unas veces lo hacen de forma genérica, empleando el término Ilmolendino" (molino), como ocurre con un documento de 1198 que habla de una viña situada “a carrali de molendino”(62) , es decir, en el camino del molino; o otro de 1200, que menciona el camino que va al molino: “concluditur uia que ducit ad molendinum " (63) .
Más frecuentemente, las escrituras hablan de ventas o nombran propietarios de molinos, casi siempre en relación con monasterios con propiedades en Molinaseca, como los de San Pedro de Montes y Sandoval. De la documentación de Montes ya hemos referido anteriormente una escritura de 1166, por la que este cenobio adquiere un molino y un suelo en Molinaseca, la mitad por donación y la otra mitad por 40 maravedís (64) .No será el único testimonio.
En 1202 Miguel García y su mujer le donan y venden una casa, dos viñas y dos molinos: “ex duobus molinis quam habemus de patre nostro”. A su vez la casa está determinada por una de sus partes por el “aqua discurren te de molinis”; y los molinos están, uno "ante casa de malatos” (un hospital), y el otro "iacet subtus ecclesiam sancti Nicholai” y está limitado “ex una parte per viam ecclesie (...) ex altera parte per matrem fluvius”, es decir entre 1a iglesia y el río. Probablemente, el primer molino estaba al lado de una presa y el segundo al lado del río. De este último se dice también que el monasterio de Carrizo tiene una dieciseisava parte: “' de isto molino habet Carrizo de XVL partes una"(65) .
El monasterio leonés de Sandoval, señor de Molinaseca con el de Carrizo y el obispo de Astorga, tiene en la villa muchas propiedades, y entre ellas también varios molinos, adquiridos por donación y compra. Así, en 1214 Domingo Pérez le dona "medietatem molendini, qui est ante Sanctum Lazarum” (66) , molino que posiblemente es el mismo que antes citamos ante la “casa de los malatos”, o uno diferente a su lado (la Casa de Malatos es el hospital de San Lázaro).
En 1252 don Arías y su mujer doña Elvira le venden "un medio molino so la campana de San Nicolao de Molinaseca, en carrera del Forno”(67), que está también cercano a otro, sino es el mismo que ya vimos antes debajo de San Nicolás.
Estos molinos pasaron más tarde, por un cambio de propiedades del que luego hablaremos, a Carracedo. Este monasterio, a su vez, afora en 1443, una molinaria a Fernán Alonso con la condición de que éste debe hacer en ella un molino(68) .
En resumen, no es posible determinar el número exacto de molinos que hubo en Molinaseca durante la Edad Media. Domenico Laffi, un viajero italiano, en 1763 1a denominó como Settemolini, que algunos traducen como siete molinos. Creo que es un error de transcripción o del propio Laffi, pues en el Catastro de Ensenada, hecho unos años antes, sólo se mencionan cinco molinos en el siglo XVIII.
Desde el punto de vista técnico, se trataba de pequeños molinos de rodezno, como los que existieron en el Bierzo hasta el siglo XX a orillas de acequias o arroyos, con una o dos ruedas a lo sumo.
Organización de la Villa
Si el puente y los molinos son dos elementos claves en el origen de Molinaseca, no lo es menos la organización de la vida urbana en torno a la iglesia de San Nicolás, que se levantaba en la margen izquierda del río, sobre un altozano, desde el que se domina el puente y el conjunto de la villa. Dicha iglesia se menciona ya en uno de los primeros documentos que conocemos de Molinaseca, del año 1134, cuando al delimitar una viña, se dice que está “quomodo cumcludit in termino Sancti Nicholay”(69) .
Se trata ya de una iglesia parroquial, como deducimos de las frecuentes referencias a su dezmario y territorio, con las significativas expresiones de collación, sub aula, so campana, etc, que vemos en las donaciones y ventas que se hacen en la zona: “collatione Sancti Nicolai de Molini” (70) “in uilla nucupata Molina Sica sub aula Sancti Nicholai” (71), “sub signum Sancti Nicolai” 72 “so campana de San Nicolao de Molina Seca” (73), etc.
A veces los documentos hablan de los sacerdotes que están al frente de la iglesia. Así, en 1224 está “Domenico presbiter tenente ecclesia Sancti Nicolai” (74) ; y en 1240 “habente ecclesiam Sancti Nicolai de Mulina Garcia Petri” (75).
La iglesia debió ser de fundación particular (iglesia propia), pues en 1168 el conde Ramiro Froilaz, la incluyó en la dote que concedió a su segunda esposa, la condesa doña Elvira Osorio, junto con la villa de Molinaseca76 (en realidad, como ya veremos sólo le cedió la mitad, pues la otra mitad la recibirían los hijos del primer matrimonio). La condesa doña Elvira, a su vez, la donó, con la mitad de la villa, a la iglesia de Astorga ya su obispo don Arnaldo en 1172, poco después de morir su esposo (77).
En torno a ese año, la otra mitad pasaría al monasterio de Carrizo, y en 1193 también al de Sandoval, monasterios fundados por los condes Ponce de Minerva y Estefanía Ramírez, hija del primer matrimonio de Ramiro Froilaz.
Durante algún tiempo hubo problemas entre el obispado y la abadesa de Carrizo sobre la propiedad de la iglesia y la jurisdicción de la villa de Molina, que sólo se solucionaron en 1192 con un acuerdo arbitrado por el obispo de Oviedo y el abad de Sandoval, del que hablaremos más tarde. Sin embargo, los enfrentamientos por los diezmos y por el patronazgo de la iglesia de Molinaseca continuarían entre Astorga y Carrizo hasta 1260, en que una nueva sentencia arbitral, no muy clara por la parquedad de los documentos, confirmará a Astorga la mitad de la iglesia, ya Carrizo y Sandoval la otra mitad a partes iguales; y de igual forma, los derechos a la percepción de los diezmos (78).
Sin embargo, la sentencia no acabó definitivamente con el pleito sobre los diezmos, pues todavía en 1361 fray Mendo, monje de Carracedo (monasterio que cambió con Sandoval sus propiedades y derechos en Molinaseca), en unión del sacerdote de esta villa, Alfonso Pérez, comparecieron ante el chantre de Astorga y Vicario General del Obispado, don García Domínguez, que a la sazón estaba en Salas de los Barrios, para firmar un acuerdo, ratificado por dicho Vicario.
Pues en el juicio celebrado el día 3 del mismo mes se demostró que los monasterios de Carrizo y Carracedo “estovieran e estaban en possesión de tanto tiem po, que non era memoria de omes en contrario, de llevar la meatade de todos los diesmos, e fueros, e derechos de la dita eiglesia, e que pagasen la meatad de los fueros e des fueros que la ditaeiglesia avia de fasser” ; y que el tesorero y el cura llevaban "la otra metad, e que pagase la otra metad de todos los fueros e desafueros.
"E que servisen la metad de la dita eiglesia, diesen clérigo idóneo que la servise. E que los dichos monasterios, que servisen la otra metad, e diesen clérigo ydóneo que la servise” (79) .
Además de la iglesia de San Nicolás, de origen medieval aunque el edificio actual es del siglo XVII, Losada Carracedo y A. Quintana hablan de un santuario medieval, el actual de las Angustias, muy ligado al camino jacobeo. Dice aquél que "principió por una capilla en el siglo XI, levantada alIado del camino y al pie de la montaña; pasó después a ser iglesia, en los siguientes; ya fines del siglo XV! era ya un gran templo” (80) .
Sin embargo, yo no halló ninguna referencia medieval a una iglesia con esa advocación; ni siquiera he encontrado otra templo o ermita diferente a la de San Nicolás, con excepción del hospital de San Lázaro, que seguramente contaba con su propia capilla. No niego la existencia en la Edad Media de una iglesia a la Virgen, pero no está documentada, y el edificio actual del santuario de las Angustias es del siglo XVIII (81) .
En torno al puente, la iglesia y el Camino de Santiago se va creando toda la trama urbana, que en gran parte aún se conserva. La calle Real, que va de este ( donde está el puente) a oeste (hasta un crucero), nuclea la villa, con sus casas de piedra y sus palacios. Perpendiculares a ella hay varias pequeñas calles, estrechas y recoletas que se dirigen hacia el norte, por donde corre el río y hacia el sur, hacia la montaña. A un lado de la villa se situaba en el siglo XIII el barrio franco, en el sector oeste, en la margen izquierda del río, cerca de la iglesia de San Nicolás, pues una escritura de 1227, por la que el monasterio de Carracedo afora una plaza en Molinaseca, se dice que está situada "per viam qua vadit sancti Nicolai, et exiit in vico francorum” (82) ; es decir, por el camino que va a San Nicolás y sale al barrio de los francos. La presencia del elemento franco, tan importante en las villas jacobeas, la reflejan en Molinaseca además algunos nombres como los de María Franca, Martinus Franco, Dominicus Franco, que salpican la documentación. También en ese siglo aparecen algunos judíos y gallegos (83) .
En una villa como Molinaseca, tan ligada al Camino, no podían faltar los hospitales, que tanto la iglesia como la sociedad civil erigieron en gran número durante la Edad Media, para atender las necesidades más imperiosas de la población indigente y las de los peregrinos. Los hospitales cumplían fundamentalmente funciones de hospitalidad; es decir, atendían a peregrinos, pobres y en menor medida enfermos, a excepción de algunos hospitales especializados como los lazaretos. Por esa razón era muy variada la tipología de estos establecimientos, aunque en general, con la excepción de los albergues monásticos y los lazaretos, la mayoría de los hospitales no son más que simples casas con un par de habitaciones, una para hombres y otra para mujeres, y una cocina (84) .A veces cuentan en sus inmediaciones con una capilla.
El primer hospital que conocemos es el llamado " casa de los malatos", al que cita un documento de 1203. Se trata sin duda de una institución fundada el siglo anterior, y que el documento sitúa "per caminum sancti Iacobi” (85). Estaba por tanto al lado del Camino de Santiago, probablemente a la salida de la villa, como era normal en este tipo de establecimientos, pues el término malatos suele utilizarse casi siempre en relación con enfermos de piel frecuentemente leprosos, los cuales estaban bajo la protección de san Lázaro.
Con la denominación expresa de San Lázaro conocemos varias referencias a un hospital de la villa, que sin duda es el anteriormente mencionado. G. Cavero dice que estaba situado en el camino francés, "fuera del "núcleo poblacional, a la salida de Ponferrada" ; M. Durany, que lo identifica erróneamente con el hospital Casa de Molina, señala que, al parecer, saliendo de Molina en dirección a Ponferrada había una ermita dedicada a san Lázaro, que ya no existe.
En mi opinión, este hospital debió de estar cerca del río, pues en varias ocasiones se dice que la casa de malatos y san Lázaro estaba cerca o enfrente de un molino: 1203 "unus autem ex istis molinis, ante casa de malatos” (86) ; 1214 "in Molinasicca, it est medietatem molendini, qui est ante sanctum Lazarum” (87).
También se lo sitúa cerca de un camino que se dirigía al río Molina: 1241 venta de un huerto "in Mulina ante la porta de san Lazaro; Iª parte carrera antigua que ven de la villa para el Molina, IIª otra carrera antigua que sal al camino Francisco; III y IIII frandes de San Noal" (frailes de Sandoval) (88).
Desde el siglo XII se constata la existencia de un hospital llamado, en 1188, hospital Casa de Molina, que pertenecía a la iglesia de Astorga por concesión regia de Alfonso IX de León: "Deinde Regum de Ambroz, cum hospitali Sancti Joannni de Irago, et cum casa de Molina” (89). A principios del XIII todavía estaba en manos de Astorga, pues en 1210 el archidiácono Gundisalvo Fernandi, con consejo del obispo y de los canónigos de Astorga, cede a Micaheli Pelagi de Fonti Sabbaton, a su mujer ya su hijo "ipsum hospitale de Molina Sicce” por sus vidas, con la condición de que cada año les den "unum pede de uindemia positum una uice et unam massam de ferro”(90) .
Este hospital debió desaparecer al final de la Edad Media, como veremos más adelante, siendo reemplazado por un nuevo hospital construido por el obispo de Astorga, don Sancho Acebes, en 1512.
Un último motivo jacobeo es la existencia de un crucero, que se menciona en una donación que en 1202 hace doña Igobor al monasterio de Sobrado. Por ella concede a los monjes numerosas propiedades en Molinaseca, (in Sicca Mulina), entre ellas “aquas et molendinos”; pero exceptúa, "una area cum sua casa et suis parris et cum suis exitibus et unam uineam apud Crucem” (91). Este "junto a la Cruz”, creo que debe entenderse en ese sentido mencionado, es decir junto al crucero. De hecho hay uno a la salida de Molinaseca que, aunque no parece medieval, probablemente sí puede estar en el mismo lugar que el otro anterior.
El Bierzo como unidad geográfica y política, estuvo en la Edad Media subdividido en unidades geográficas más pequeñas, pues desde el siglo X conocemos algunas, como Valdueza, Valcarce, Boeza, Ancares y Fornela; sin embargo, la existencia de estas unidades geográficas no parece entrañar, al menos en los siglos IX y X, ninguna subdivisión política del denominado «territorio bergidense».
Todo él forma una sola unidad política gobernada por condes de nombramiento real, de los que en esos siglos conocemos a Gatón, a su hijo Sarracino ya algunos más, hasta los primeros años del siglo XI. Desde mediados del siglo XI dejan de mencionarse los condes como gobernadores del territorio bergidense, siendo sustituidos por los «merinos», cuya primera referencia la encontramos en un documento del año 1043, en el que a un tal Ecta Alvariz se le denomina «majorino in Bergido, sub manu regis et regina». La aparición de merinos en el Bierzo, signo de una mayor fortaleza de la monarquía, refuerza el carácter políticoadministrativo del cargo y su dependencia directa de los reyes leoneses. No es éste un cargo hereditario, sino de nombramiento real y por tanto revocable. El merino actuaba en nombre del rey; y sus funciones eran simplemente administrativas, económicas y judiciales.
A partir del siglo XII se invierte el proceso de fortalecimiento monárquico, iniciándose entonces un progresivo proceso de feudalización del reino castellanoleonés. De este modo, el territorio bergidense sufrirá una fragmentación en unidades políticas más pequeñas, las tenencias. Mercedes Durany señala que en los siglos XI al XIII, el Bierzo se organiza territorialmente en trece tenencias, de las cuales cinco comprenden únicamente el territorio de una población con su alfoz: Villabuena, Molinaseca, Ponferrada, Villafranca y Bembibre; mientras que las ocho restantes abarcan comarcas más extensas: Bierzo, Ulver, Ancares, Boeza, Aguilar, Valcarce, Ribera y Losada; estas dos últimas en los límites del Bierzo, en la actual comarca de la Cabrera. Al frente de cada una de estos territorios se hallaba un tenente, con la función de regirlos y administrarlos, ejerciendo en ellos podetes públicos y jurisdiccionales92 .
En una primera etapa, esas tenencias dependen directamente del rey o del merino que tiene en el Bierzo, siendo pues cargos revocables. Actúan como gobernadores en su jurisdicción, la defienden desde sus castillos, estratégicamente situados en cada una de las entradas al Bierzo (Cornatel, Aguiar, Autares, Fresnedelo) y dictan justicia, por lo que a veces se les denomina «judex terrae». Posteriormente, ya en los siglos XII y XIII, el proceso de feudalización se acentúa considerablemente, iniciándose la enajenación de la jurisdicción real sobre estos territorios y tenencias, que pasan, de forma vitalicia y hereditaria, a manos de una nobleza que logra en ellos derechos de inmunidad.
Molinaseca aparece como una tenencia ya en los primeros años del siglo XII, pues en un documento de 1134, por el que se donan unas viñas al monasterio de Montes en este lugar, se menciona a un "RamiTo Froylaz dominante Ulver et Molina et alias pluTes” 93 . Augusto Quintana deduce de este documento que por entonces ya estaba constituido el señorío de Molina y que, seguramente, dicho señorío se lo había concedido el rey Alfonso VII, del que aquél había sido alférez94. Este Ramiro Froilaz era miembro de una familia noble leonesa, cuyos orígenes se remontan a la época altomedieval. Dicha familia lograría en los últimas décadas del siglo XI un gran protagonismo en la política del reino, gracias a la ocupación de puestos cercanos al monarca y al desempeño de cargos relacionados con la administración central y territorial. Ramiro Froilaz fue hijo de Froila Díaz, hermano de Jimena Díaz, mujer de Rodrígo Díaz de Vivar, el Cid, e importante personaje de la corte de Alfonso VI. Por su parte, Ramiro Froilaz fue alférez de Alfonso VII, cónsul de Astucias, tenente de las Torres de León; y estuvo al frente de numerosas tenencias, como las Astorga, Aguilar y León, y de las principales circunscripciones bercianas 95.
Este Rarniro Froilaz estuvo casado en primeras nupcias con la condesa doña Inés, de la que tuvo dos hijos, Alfonso y Froila, condes que detentarían el dominio de numerosas tenencias bercianas y leonesas; y una hija, Estefanía Ramírez casada con el conde Ponce de Minerva, mayordomo y también alférez de Alfonso VII, así como tenente de Cea, Mayorga, Castrotierra, Melgar y Castroverde. En terceras nupcias, Ramiro casó en 1168 con la condesa doña Elvira Osoriz, de la que tuvo un último hijo, García Ramírez. A esta tercera esposa le concedió como dote el lugar de Molinaseca : “ Puesto que es tanta la fragilidad que, aún las Cosas que aparecen más claras, por la nube del olvido, Con el paso del tiempo, se oscurecen, quiero dejar bien claro que yo, Ramiro, conde, te doy a tí, Elvira, puesto que, según loS preceptos del Señor y de la ley de la religión cristiana, Voy a hacerte mi esposa, te doy por este motivo y te concedo Como dote y arras, aquella mi villa que llaman Mo1inaseca, Con todos sus derechos, y 25 morabetinos de oro. Esta dote te doy yo, el conde Ramiro, a ti, la condesa Elvira, para que desde ahora lo tengas, lo disfrutes, lo des o lo vendas a quien o a quienes quisieres” 96 .Como hemos visto ya, esta donación incluyó no solo el señorío, también donó a su esposa la iglesia de Molinaseca.
Después de la muerte del conde Rarniro Foilaz, que debió ocurrir hacia 11691170, el 20 de agosto de 1172 la condesa doña Elvira Osoriz, ya viuda, cedió al obispo de Astorga, don Fernando, la mitad de la iglesia de San Nicolás, así como la mitad de la villa, en las mismas condiciones en las que ella las había recibido: "Yo, la condesa Elvira Osoriz, por mi alma y la de mi marido, el conde don Ramiro, ofrezco y doy a Dios y al altar de santa María siempre Virgen de Astorga ya vos, padre mío y señor, Fernando, venerable obispo de esa misma iglesia, la mitad del derecho sobre la iglesia de Molinaseca, llamada de San Nicolás, cuya mitad de la iglesia con la mitad de la villa de Molinaseca me dió a mi en arras el mencionado serenísimo conde de bienaventurada memoria”, y matiza más adelante: "Doy a Dios y al sacrosanto altar de Santa María, como he dicho, la mitad de la iglesia de San Nicolás de Molinaseca con sus casas, tierras, viñas, huertas, décimos y pertenencias todas, para que, con los emolumentos de que aquí tenga, ilumine el dicho altar de Santa María, y los clérigos de su sacristía, que allí sirven a Dios de día y de noche, tengan su sustento, y por mi propia alma y por la del conde Ramiro, mi marido” 97 , De este modo, el señorío de Molinaseca pasaba al obispado de Astorga.
La referida donación, pero más explícita aún en lo que al señorío se refiere, la ampliará doña Elvira al año siguiente con motivo de su nueva boda con el noble leonés Gutierre Rodríguez; pues el mismo día de ésta, el 12 de julio de 1173, y con el consentimiento de su nuevo marido, daba nuevamente a Astorga ya su obispo Arnaldo "la mitad de la iglesia de Molinaseca, con todos sus réditos y emolumentos, y además la mitad de la misma villa con toda la heredad que le pertenece en entradas y salidas, tierras cultivadas y sin cultivar, viñas, solares, árboles frutales y no frutales, prados, pastos, lagunas, corrientes de agua, molinos, .fuentes, montes y valles, por sus cotos y términos antiguos, hasta la cosa más mínima, según yo lo recibí en arras del conde Ramiro". y añade aún más: "Todo lo que aquí poseo lo doy y confirmo a la iglesia de Astorga y para que don Arnaldo, obispo de la misma sede, y sus sucesores lo posean por los siglos infinitos” 98.
En estos dos escritos, lo que dona la condesa doña Elvira es la mitad de la villa y de la iglesia, diciendo al mismo tiempo que dona "todo lo que aquí poseo". Esto, sin embargo, parece estar en contradicción con la donación de su primer marido, pues la dote parecía incluirlo todo. No debió realmente ser así, sino que una parte pasó a los hijos del primer matrimonio, en concreto a la condesa doña Estefanía Ramírez, de la que ya dijimos que estaba casada con el conde Ponce de Minerva. Un documento de San Pedro de Montes, de febrero de 1180, incluye en la data la siguiente expresión: “Astoricensis episcopus et comitiisa Stephania dominantes Molinasec” 99, lo que significa que tanto el obispo como la condesa era entonces señores, a partes iguales, del señorío de Molinaseca. ¿ Cómo ocurrió esto ? Lo veremos dentro de un momento al hablar de la (condesa doña María.
De doña Estefanía, que falleció en 1183, la mitad del señorío de Molina, que como hemos visto le pertenecía, pasó a su hija, la condesa doña María Ponce, que más tarde sería abadesa del monasterio cisterciense de Carrizo, fundado unos años antes por sus padres, al igual que el monasterio cisterciense de Sandoval. Un documento de 1189 la menciona ya, con el obispo de Astorga, como tenente de Molina : "Eodem episcopo (Fernando) et comitissa domna María tenentibus Molina Sica” 100 . No parece haber en estas dos últimas menciones discrepancias sobre el señorío.
Sin embargo, las relaciones entre ambos tenentes no son buenas. Un documento de 1192 recuerda que "traían contienda Lope, obispo de Astorga y la condesa doña María Ponce sobre la mitad de la iglesia y la mitad de la villa de Molinaseca. Porque ella aseguraba que le pertenecía a ella por derecho de herencia". Según la abadesa, doña Elvira Osoriz recibió de su abuelo esta propiedad no en arras, sino en concepto de hipoteca por 300 áureos "y no de otra forma". Por ello, alegaba que satisfechos los 300 áureos al obispo la propiedad debería revertir en ella. Por el contrario, el obispo defendía que la iglesia de Astorga poseía Molina y la iglesia por donación de doña Elvira, que a su vez las había recibido como dote y arras, lo que a la vista de los documentos parece más cierto. Fuera o no verdad lo alegado por cada una de las partes, lo cierto es que había una disputa, que enturbiaba las relaciones de dos instituciones eclesiásticas. Al final se impuso la cordura y se llegó a un arreglo, sometiéndose ambos al fallo del obispo de Oviedo y el abad de Sandoval. Éstos acordaron dejar las cosas como estaban, pero que el obispo pagara a la abadesa, mientras viviese, los 330 áureos anuales que pedía, más otros 300 de una sola vez. A cambio, doña María reconocería el señorío del obispo sobre la mitad de Molina (101) .
Ese año o a comienzos del siguiente murió doña María, pues en 1193 aparece ya como señora de Molinaseca y como nueva abadesa de Carrizo su sobrina Teresa Rarnírez (102). Coincidiendo con ese cambio, o quizá venía ocurriendo desde un tiempo atrás, la villa de Molina no vivía sus mejores tiempos por los graves altercados entre dos grupos familiares, encabezados por Pelayo Pita y Miguel Rodríguez respectivamente; enfrentamientos que provocaron la muerte de Martín Rodríguez, enconando aún más los ánimos de los vecinos. La violencia desatada en la villa por esta muerte obligó a los señores a intervenir y poner orden entre sus habitantes. Y para que todos respeten el orden, el obispo don Lope y la abadesa doña Teresa, el 29 de julio de 1193(103) , concedieron a Molinaseca un texto foral, muy conciso, bastante confuso, sin un orden lógico en su exposición, pero de una extraordinaria dureza.
El fuero tiene como ámbito de aplicación la villa de Molinaseca, cuyo contorno, coto o alfoz se determina de este modo: "Desde el Portillo de Campo hasta el comienzo del Molina, y de allí por el Brañadero, la Escrita, la Retuerta, y en general según caen las aguas hacia Molina por todos los montes que rodean la villa". Estos términos aluden al territorio concejil de Molina, no a su actual ayuntamiento como es lógico.
Comprende, más o menos, desde la circunscripción de Campo, pueblo del alfoz de Ponferrada que está al suroeste, hasta el comienzo del río Molina, que habrá que entender más o menos hasta las puentes del Mal Paso, pues es allí donde se unen los dos arroyos que originan dicho río; es decir, el valle del río más las vertientes del mismo.
La carta foral, hecha con el consentimiento y beneplácito del concejo de la villa, sin duda cansado de tantas disputas y violencias, pretende en primer lugar establecer la paz pública, con un rigor casi sin precedentes en el grupo foral de Benavente, en el que según J. Rodríguez debe clasificarse éste de Molina: "Si algún vecino diere muerte a otro, aunque sea su enemigo, dentro de los términos de la villa y fuera preso, póngasele bajo el muerto en la fosa; mas si no fuera preso pierda todo cuanto posea y nunca sea admitido en la villa; y si alguno lo recibiere en su casa, pública u ocultamente, por manera que pueda probarse con certeza, pague cien maravedís, de los cuales pertenecerá la mitad al señor obispo ya la señora abadesa, y otra mitad se dividirá al medio entre el concejo y los allegados al muerto" .
La ofensa armada de un vecino contra otro, aunque no lo hiera, se castigará con una multa de sesenta sueldos; pero si además lo hiere pagará 160 sueldos. Si como consecuencia de las heridas, el vecino muriese se enterrará al agresor debajo del muerto. Se trata, por tanto de impedir la violencia entre vecinos, que enturbiaba gravemente la paz de la villa. No sólo se pretende la paz, se busca conseguir también un alto grado de solidaridad vecinal, pues se exige que " si un enemigo de cualquier vecino viniese de otro lugar a la villa o hasta dentro de su coto, todos los vecinos han de ayudar a su vecino contra él y salir en apellido con su vecino; y quien no lo haga así pague cien maravedís" . Es decir, que todo habitante de Molina llamado en ayuda de un convecino está obligado a dársela, se lleve bien o mal con él, porque de lo contrario será castigado con una elevada multa.
La carta regula también aspectos relativos a la propiedad particular, especialmente el robo de ganado por los propios vecinos o por personas poderosas. Los que lo hagan serán castigados con una multa, lo mismo que quien pretenda tomar por señor a uno distinto del obispo de Astorga o de la abadesa de Carrizo. Señala a continuación que, conseguida ya la paz, si algún miembro de los linajes de Pelayo Pita y Miguel Rodríguez, resucitase la memoria de la muerte de Martín Rodríguez, pague diez maravedís, y si hierese a alguno se le castigue a la paga de cien. Por último, el texto vuelve a incidir en los delitos por malos tratos, imponiendo una pena de cien maravedís, que se han de cobrar a partes iguales por los señores, el concejo y la persona ofendida.
El fuero habla solamente de dos únicos señores en la villa: "Si alguno buscase otro señor en Molina, fuera del obispo y la abadesa, que son los señores únicos de la villa”, e incluso castiga al que pretenda tener un nuevo señor; sin embargo, desde 1193 y en los años siguientes se menciona en la documentación otro señor más, que comparte con aquellos el señorío. El nuevo señor es el abad del monasterio de Sandoval, al que se cita con frecuencia. Así en 1198: "Eodem episcopus (Lupus) et jeminis deodicatis de Carrizo et fratibus de Saltu Nol;lale tenentibus Molinam Sicam” 104; en 1204: "tenente SiccaMulina ipse episcupus (Lupus) et abbas Santinouale et abbatissa de Carrizo” 105; en 1225: "Tenente Molina, Petro episcopo in Astorica, abbatisa domina Theresa de Carrizo, et abbate domino Andres de Santnovalis” l06 ; y así hasta más de treinta documentos de Carrizo, Sobrado, Montes y Carracedo durante el siglo XIII.
¿Por qué surge ahora un nuevo señor? La razón se debe a la donación de doña María Ponce, hacia 1192 o 1193, de la villa de Molina y su iglesia, a partes iguales, a los dos monasterios cistercienses, que habían fundado sus padres los condes Ponce de Minerva y Estefanía Ramírez, como reconoce un documento de esa fecha : "Esta es la carta del pacto y convenio que hacemos yo, Juan, abad de Sandoval, y yo, Teresa 1O7, abadesa, y el convento de Santa María de Carrizo, sobre la heredad y la villa que llaman Molinaseca, que nosotros y nuestra iglesia, y vosotros y vuestra iglesia poseemos por donación de la condesa de buena memoria doña María” 108. Desde entonces, cada uno de estos monasterios será señor de una cuarta parte, y de la otra mitad el obispo de Astorga. No habrá más novedad hasta el siglo XIV. Las datas de los documentos reiteran, como hemos dicho, una y otra vez la tenencia en esas tres manos.
En el siglo XIV esta situación se modificará levemente, como consecuencia del acuerdo a que llegan los monasterios cistercienses de Sandoval y Carrácedo;) Aquél, señor y propietario de numerosas heredades en Molina estaba, sin embargo, muy alejado de este lugar, pues se ubicaba a orillas del Esla, cerca de Mansilla la Mayor. Carracedo, el poderoso monasterio berciano situado a orillas del río Cúa, a su vez, poseía tierras, casas, viñas e iglesias en Villarroán, Valencia de don Juan, Valdesaz y hasta León, que, probablemente tampoco podía atender como quisiera; pero estaba muy interesado por Molinaseca, villa en la que ya había adquirido en los años precedentes algunas propiedades.
Por esta razón ambos monasterios hermanos decidieron, en 1336, realizar un cambio de todas las propiedades que cada uno poseía en ambas zonas: "Era de mill e tresientos e setenta e quatro, primero día de julio, don Asensio e fr. Domingo de Villamizar, monges de Sant Naval, procuradores de su abad don Alfonso (. ..) otorgan a vos, don Fernando, por la gracia de Dios abat de Carracedo, y al convento, en con cambio y jur de herdat, todas las herdades, así de casas como de bodegas, como de plazas, como de suelos, como de tierras, como de viñas, como de huertas, como de prados, como de exidos, como de pesqueras, como de molinos y molineras, árvores, fueros, sullariegos, eglisarios e todas las cosas que avían, de qualquier manera, su campana de la eglesia de Sant Nicolás de Molinaseca e en todo el Bierzo”. A cambio Carracedo cede a Sandovallo que posee en los lugares de León anteriomente mencionadosl09 . De este modo Carracedo se hacía con las propiedades que Sandoval poseía en Molina y con su parte del señorío.
Como señores de Molinaseca, el obispos y los abades de ambos monasterios (Carrizo y Sandoval/ Carracedo), además de las rentas que percibían por sus propiedades, tenían atribuciones públicas, como gobernar, administrar justicia, lo que ya hemos visto en el caso del fuero otorgado en 1192, cobrar tributos, etc.11O. Estas funciones no las ejercían directamente sino mediante mayordomos, como el que menciona el tumbo de Sobrado en 1195 : "maiodormus de abbatissa domnus Iulianus in Molina Sica"111 ; o por los alcaldes. No debe ser casualidad que las fuentes mencionen siempre en esta villa dos alcaldes, que gobiernan al mismo tiempo, de los que conocemos los nombres de varios de ellos (CUADRO I). Como puede verse, algunos alcaldes repiten durante varios años, como ocurre con Miguel García (1212, 1219), Domingo Martínez (1219,1224,1237), Pedro Calvo (1223, 1225), Martín Pérez (1224,1225,1237). En ciertos años aparecen no dos sino cuatro alcaldes diferentes, dos y dos cada vez, unos en la primera mitad del año, otros en la segunda. Probablemente fueran de nombramiento anual, lo que se debía hacer en la primavera, por eso unos aparecen antes del mes de junio, otros después.
Una institución que aparece pronto en la documentación, con voz propia y autonomía es el concejo. Las fuentes no informan si esos alcaldes era nombrados por los señores,.lo que es muy probable, o si eran nombrados o al menos refrendados por el concejo. La primera mención al concejo de Molina es del año 1180, en la confirmación de una viña al monasterio de Montes: “Omnis concilio de Molina sicca audientes et confirmantes” 112. A veces se indican además los nombres de algunos de los que asisten, como en 1196: "qui presentes fuerunt: totum concilium de Molina Sica, Petrus Molina, Fernandus Monici, Pelafl.ius de Fita, domnus Ramirus, et alius Ramirus, Giral Gras, Petrus Menendi”113 .
El concejo, probablemente abierto, atendía a todas aquellas cuestiones que atañían al gobierno y policía de la villa. Sus acuerdos obligaban a los vecinos, ya veces se tomaban por escrito, por el notario del concejo, como el que se menciona en 1277, en un acuerdo entre Sandoval y un vecino de Molina: “ e you Domingo Perez, notario jurado del conceyo de Molinaseca, a rogo das partes escrivi este instrumento”114. La existencia del concejo era además un freno al poder de los señores no sólo jurisdiccionales, también territoriales.
Los monasterios bercianos de Montes y Carracedo, el gallego de Sobrado y los leoneses de Carrizo y Sandoval eran propietarios de numerosas fincas y heredades. Esas posesiones las lograron por las donaciones de señores y campesinos, pero también por las compras y cambios que ellos hicieron, como podemos ver en los CUADROS II al VII. Normalmente dichas donaciones o compras se mencionan con términos genéricos como "hacienda" , montes, pastos y prados, etc; pero muy frecuentemente se especificaba el tipo de tierras, o se indicaba si eran solares, casas o molinos. Sin duda ninguna, el interés mayor de estos monasterios fue la adquisición de viñas, pues la zona de piedemonte de Molinaseca era muy apreciada para este tipo de cultivo. No haremos ahora un estudio detallado de los cuadros, pero las viñas constituyen más del 90 por ciento de las compras, y el dinero que los monasterios han de pagar suponen fuertes cantidades, como pueden verse en los mencionados cuadros.
El más importante propietario de Molinaseca fue el monasterio gallego de Sobrado de los Montes, muy interesado en el viñedo, pues la zona de la Coruña, en la que se ubica, no era muy adecuada para ese cultivo. En el Bierzo tuvo propiedades en Villafranca y en Molinaseca. En esta última recibe importantes donaciones, normalmente de heredades; pero las compras que hace son casi siempre de viñas. Hizo incluso algunos cambios, uno de ellos con el monasterio de Poibueno115 .
Para trabajar todas estas propiedades, Sobrado tuvo desde el siglo XII una granja, de la que tenemos varias noticias: 1196, en una venta a este monasterio ya “Petro Martini magistro grangie Sancti Tirsi” se dice “quos dedit Petrus Martini frater Superaddi, magister grangie sancti Tirsi” 116 . Este Pedro Martín es pues el fraile encargado de la granja, que tiene por nombre Santo Tirso. La granja se encontraba en Molina, como claramente lo expresa un texto de 1207 en que se nombra a "Frater Martinus et Petrus Cibdat, tenente grangia de Molina”117 .
También Sandoval adquirió en el siglo XII muchas propiedades por donaciones y compras, entre ellas varios molinos y muchas viñas. En el caso de este monasterio no se menciona explícitamente una granja para la explotación de sus propiedades, sino una casa y monjes que habitan en ella; pero evidentemente se trata de una granja, pues es ese el peculiar sistema de explotación que caracterizó a los cistercienses, utilizando para ello monjes conversos. Monjes de Sandoval se mencionan, por ejemplo, en la compra de una viña que el cenobio hace en 1216: "Dominicus Andreas e Isidorus, .fratres vestros de Molinaseca"118 . En 1252 se nombra como “ tenente e la casa de Sanoal" a “frei Dominico et frei Joan e frei Dominico"119; y en 1277 en un convenio entre Sandoval y un vecino se habla de un "Don Pedro, celareyro de San Noal” 120. El celareiro o cillero era el encargado de la cilla o despensa monástica.
Como hemos dicho todas estas propiedades pasaron en el siglo XIV a Carracedo, monasterio que ya tenía en Molina algunas propiedades, y que en el siglo XIII, abandonada la explotación directa con monjes conversos, las afora a vecinos de ese lugar. Este monasterio sí tuvo aquí una granja, probablemente la misma de Sandoval, granja abandonada y en muy mal estado, que en 1462 afora al bachiller Pedro Femándes de Campo, su mujer e hijos y veintinueve años más: "la dicha granja de Molina Seca, con todas las cosas a ella pertenescientes desde el portillo que disen de Molina, contra Molina; asi en termino de Ponferrada, como de o Campo, e de Molina, casas, casares, suelos, e tierras, e vinnas, e polas, etc., diezmos, e ofiertas de iglesia, e fueros, e renta, e censos, etc." con la condición de " que fagades la casa que se dise de la granja que es cerca de Molina, según que está comenzada, e pagades por ello todo de fuero al abad por tiempo fuera, tres mill maravedises de la moneda corriente al tiempo de las pagas, puestos en paz en el dicho monasterio por el día desant Martino. E mas que diedes cada un anno una juntar al ducho abad si la fuera a comer con dos servidores suyos e no mas"(121).
También el cercano monasterio de Montes tiene propiedades en Molina; pero los monasterios no fueron los únicos; pues conocemos muchos propietarios privados, pequeños campesinos que trabajan sus tierras centenales y elaboran vino. Esta economía campesina presenta una clara simbiosis agrícolaganadera, que encuentra su razón de ser en la complementaridad de ambas actividades. Aunque no es posible hablar de especializaciones, pues el papel de los cereales (centeno, trigo y cebada) lo impregna todo, como vemos en las rentas forales que han de pagar los campesinos, no cabe duda de la mayor dedicación ganadera de las zonas de montaña, como el Acebo y Riego de Ambrós, mientras que el viñedo ocupaba una gran extensión de las tierras de piedemonte y de la hoya del Bierzo, como Molinaseca.
Como señala M. Durany, hasta mediados del siglo XII los grupos campesinos tuvieron un destacado papel en la creación de nuevos viñedos, no sólo porque figuran como Propietarios de majuelos, sino porque tenemos constancia de que han sido plantados por ellos mismos. Sin embargo, desde el siglo XIII vemos incrementarse el papel de los poderes señoriales en el proceso de colonización de tierras marginales y también en la intensificación del viñedo en el Bierzo Bajo.
Además de la agricultura y la ganadería, en Molinaseca se mencionan algunas actividades artesanales, ejercitadas por francos y pobladores autóctonos. Entre esas actividades se nombran sastres y zapateros: 1134 un Willelmo zapatero, 1208, un Dominico zapatero, 1214 Ioanes Martinit sapatero, Domingo sapatero. También hay constancia de un horno de tejas, como atestigua un documento de 1203 sobre la. venta de una viña que está “alía auten vínea jacet in loco que dícítur Forno de tegulas” (122), que seguiría la vieja tradición de origen romano, seguramente.
Con la excepción de Molinaseca que, como hemos visto, fue durante la Edad Media una villa señorial, del resto de los pueblos del municipio carecemos de datos fiables sobre su condición jurídica. Folgoso, Tabladillo y Riego de Ambrós parecen haber estado en manos de la iglesia de Astorga, como se deduce de la donación de sus iglesias y hospitales por Fernando II en el siglo XII, y porque todavía en el censo de 1591 formaban parte de la Abadía de Compludol23 , una jurisdicción del obispado de Astorga, que estaba bajo la dirección de un canónigo con el título de abad. Esta situación cambió radicalmente en la Edad Moderna, aunque no sabemos exactamente porqué, aunque probablemente por el mismo o parecido motivo que Molinaseca, a la que ahora nos referiremos. Molinaseca, el Acebo y Onamio aparecen en el censo de 1591 como lugares realengos; los dos primeros con jurisdicción de por si, y Onamio integrado en la de Ponferrada124. En las respuestas del Catastro de Ensenada, de 1752, los vecinos de esta última población responden que “es realenga y que por esta razón no percibe derechos algunos el real patrimonio”l25. Algo semejante contestan los vecinos de El Acebo, pero en este caso añaden que " a sus magestades contribuyen con el derecho de alcavalas y moneda forera".
Molinaseca también se declara realenga “y que por esta razón no reciue el real patrimonio derechos algunos” Se trata; por tanto, de lugares realengos, aunque en la Edad Media eran de jurisdicción señorial. ¿Qué es lo que pasó en Molinaseca, el caso mejor conocido, con su señorío? Creo que, al igual que otras poblaciones del obispado de Astorga, como Salas de los Barrios, las dificultades del obispo de Astorga por las protestas antiseñoriales en algunos lugares de su jurisdicción, durante la Baja Edad Media, le obligaron a ponerlos bajo la justicia real, lo que debió ocurrir hacia 1499. Es decir, y G. Cavero lo explica muy bien en su libro sobre los conflictos y revueltas contra la mitra asturicensel26 , algunos lugares de Astorga no soportaban el dominio episcopal, en gran parte a causa de los intereses de otros estamentos como la monarquía, la nobleza y los concejos. Desde la segunda mitad del siglo XIV se percibe el fortalecimiento de la organización concejil y el interés de la oligarquía local por cuestionar el vasallaje que deben al obispo ya la abadesa y abad de Carrizo y Carracedo. La mano dura de estos señores no fue suficiente para acallar las protestas y al final, como hemos dicho, tuvieron que ponerlo bajo la protección de la justicia real.
Poco después Astorga se deshacía definitivamente de Molinaseca, Salas, San Esteban de Valdueza, Campo y otros lugares, permutándolos con Carlos V por la abadía de Santa Marta de Tera127. Respecto a la jurisdicción de Carrizo y Carracedo debió ocurrir algo semejante; o probablemente, a semejanza de otros lugares de señorío eclesiástico, pasaron a la Corona en tiempos de Felipe II por bula de Gregorio XIII 128 . Luego los reyes los enajenaron en algunos casos, comprándolos nuevos señores o adquirieron la jurisdicción los propios pueblos.
Esto es lo que debió pasar con Molinaseca. Todavía en el Catastro de Ensenada,al hablar de los bienes del concejo, se dice que éste tiene cien fanegas de tierras en Valdefamelgo, Valdecumbión y la Majada "cuyas tierras compró el Real Patrimonio tiempo ha, haviéndose aplicado entonces a la Corona por valdíos y pagaron entre todos los vecinos por iguales, partes, por cuya razón tiene el derecho de que entre ellos se repartan de seys en seys años por suertes, como así se practica pagando cada vecino al concejo por ello tan solamente cuatro reales en todo este tiempo”129 . Si el concejo compró esos bienes comunales a la Corona, cuando sabemos que antes eran señoriales, es posible que también lo hiciera con la jurisdicción.
Riego de Ambrós, Folgoso y Tabladillo, en manos de Astorga en el siglo XVI, en el XVIII era también realengos, como declaran sus vecinos en las respuestas del Catastro de Ensenada. Los de Folgoso “dijeron que este lugar y sus anexos (Tabladillo y las Tejedas) que constituían el Préstamo de Tabladilloson de realengo”; y los de Riego de Ambrós ya fuera de esa jurisdicción, y con el título de villa también se declaran reaengos: “ digeron que ésta dicha villa es de su Magestad (que Dios guarde)”.
Por último Paradasolana y Castrillo del Monte pertenecían a la jurisdicción de la Tierra de Bembibre, de la que era señor el conde de Alba de Liste. La organización concejil y la administración de las villas y lugares variaba en razón de su pertenencia jurisdiccional. Los lugares señoriales, como Paradasola y Castrillo del Monte, se regían por un alcalde mayor, nombrado para toda la Tierra de Bembibre por el conde de Alba de Liste, mientras que los vecinos elegían anualmente dos regidores por cada pueblo. En Onamio, así como en el Préstamo de Tabladillo, El Acebo y Riego de Ambrós, había, en cada uno de ellos, un alcalde de la hermandad o juez ordinario y dos regidores, nombrados anualmente por el concejo. Molinaseca, villa de mayor complejidad administrativa, contaba con un juez ordinario, un teniente de Juez, cuatro regidores ( dos por los hijosdalgos y dos por el de los Homes Buenos), un procurador y dos alcaldes de hermandad. Todos estos cargos tenían carácter anual y eran nombrados por el concejo130 .
Un símbolo de la autoridad señorial y concejil era la existencia de picotas y cárceles en algunas localidades. En el Acebo hubo una picota o rollo, en el que se exponían a la vergüenza pública a los delincuentes. Estaba situada en el llamado Campo de la Forca, y según Luis Barcia, fueron ejecutadas en ella tres personas: en el siglo XIII el peregrino Sigiberto de Soissons, por abusar de una moza; la comadrona Rosy, por sus prácticas ilícitas; y Odenato de Torney, flautista y bailarín, por tahúr y fullero131 .En Molinaseca había en el siglo XVI una cárcel, en la que en 1572 se menciona como preso a un condenado a galeras, un galeote132 .
Aunque la mayoría de los pueblos del municipio de Molinaseca eran realengos y no señoriales, sus habitantes no escapaban a la asfixiante fiscalidad de la época; pues pagan impuestos como el servicio ordinario, los cientos, las alcabalas, los millones, el de moneda forera, y otras rentas y prestaciones. Onamio declara en las respuestas del Catastro que " el vecindario de este lugar está mui cargado de seruizio ordinario y extraordinario y mas tributos, pues en cada un año pagan por dicho seruizio sesenta y dos reales, de alcauala trecientos treinta y seys, de sisas setenta y ocho, de zientos ziento y zinquenta, de fiel medidor ziento y treinta y dos reales de vellón, que dichos componen un milI y ochenta reales. También paga por el derecho de penas de Cámara, Campo y Ordenanza doze reales".
Molinaseca contribuye a las arcas reales anualmente con l0.072 reales que paga por servicio ordinario, cientos, alcabalas y millones. También declaran sus vecinos que el concejo paga 18 reales “a la xusticia y reximiento de la ciudad de León por un derecho antiguo que llaman yantar” y otros 18 reales “ a la santa y glesia Cathedral de Astorga por otro igual antiguo derecho que yntitulan martiniega”. Se trata de dos derechos señoriales más honoríficos que onerosos. Por el contrario, las alcabalas, cuya cantidad ascendía en todo el municipio a 6.268 reales (de los cuales Correspondían a la villa de Mo1inaseca 2.350), era un impuesto muy oneroso, pues gravaba todas las Compraventas realizadas en villas y poblados. Era un impuesto real, pero en el Bierzo estaba enajenado por la Corona al marqués de Villafranca, quien lo tenía a su vez arrendado133 .
Algunos pueblos, como El Acebo, solo pagaban este impuesto y el de moneda forera; del resto estaban exentos por privilegio de los Reyes Católicos, aunque no siempre éste les fue respetado. Por ejemplo, los recaudadores de las rentas provinciales de León, alegando que en los libros de la Contaduría General de Millones no constaba la exención del lugar de El Acebo, obligaron a pagar a sus vecinos por el Servicio y Arbitrios de la Sisa de los vinos, vinagre y aceite, entre 1714 y 1717, 53.492 maravedís, y cantidades semejantes cada cuatrienio hasta 1726. En 1727 por fin consiguieron éstos, después de un largo litigio, que se les reconocerán sus privilegios. La sentencia dictada obliga a que "se haga cumplir y ejecutar en todo y por todo lo que en el Privilegio (de los Reyes Católicos) contiene, previene y manda, sin los contravenir ni permitir que los contravengan en manera alguna, con ningún pretexto ni motivo. y lo mismo ejecute en la parte que le corresponde el concejo y vecinos de dicho lugar del Acebo” (es decir, lo de las 800 estacas)l34.
A estas contribuciones reales y señoriales se han de añadir varios tributos eclesiásticos, como la Primicia, el Voto de Santiago y especialmente los Diezmos, que gravaban todo tipo de productos cosechados hasta alcanzar no el diez sino a veces hasta el 25 por ciento de la cosecha bruta. En Molinaseca los diezmos mayores pertenecían por mitad a la iglesia de Astorga y, a partes iguales, a los monasterios de Carrizo y Carracedo, los cuales, en el siglo XVIII, los tenían aforados, el primero a don Pedro Velarde, de Oviedo, y el de Carracedo a don Joseph de los Barrios, de Molinaseca. Los diezmos menores los cobraba el cura párroco.
Los diezmos mayores de este lugar ascendían cada año a “ciento y veinte fanegas de centeno, treyntaydos de ceuada, quatro de trigo y doscientas quarenta cantaras de vino mosto, haviendo ya vajado de esta porción ciento y viente cántaras que en primero lugar se sacan para el expresado cura”. Los diezmos menores, por su parte, “suman ciento treinta y dos cantaras de vino mosto, incluso dicho situado, veynte fanegas de centeno, una de trigo, otra deceuada, media de garbanzos, diezyseis carros de yerba, los diez de primer pelo y los seis de otoño, ocho fanegas de alubias, tres azumbres de miel, tres libras de zera, media arroba de pimiento, seis arrobas de manzanas y peras, trfs de guindas, una de zerezas, arroba y media de ziruelas, una de melocotones, dos de uba moscatel, una de lana, seis crías de vacas, y por cada una medio real, una docena de pollos, ocho cerdillos, seis corderos y seis cabritos” l35 . Por la contribución del diezmo podemos ver cuáles eran las producciones aracterísticas de este lugar, a las que luego nos referiremos.
Los diezmos de Onamio los cobraba el cura del lugar “con la pensión de pagar en dinero zinquenta y cinco reales de vellón cada un año al licenziado don Francisco Pablo Muñoz, residente en Madrid”. Los de El Acebo "los de los nuebos arrotos los percive por entero el cura de este lugar, y los demás diezmos de solo pan, lleva la tercera parte el mencionado cura que es o fuere de este lugar, otra terzera parte el Abad de Compludo, y la otra restante don Juan Antonio Lozano, como administrador del Préstamo que llaman de Tabladillo”. Los de Riego de Ambrós los percibía "Don Andrés de la Puente cura de este lugar, y Don Santiago Nieto, Dignidad de la Ziudad de Astorga”; y los Folgoso y sus anexos, los llevaba el prestamero de la jurisdicción de Tabladillo. En estos últimos lugares, la parte principal de los diezmos mayores era el centeno, y la de los menudos algunas cabezas de ganado136 .
En general, como vimos en el caso de Molinaseca, los diezmos se arrendaban. El montante de esos diezmos reducidos a dinero puede verse en el CUADRO VIII. Las primicias, por su parte, las cobraban las iglesias parroquiales y el Voto de Santiago, la catedral de Santiago de Compostela, y en general también se arrendaban. La primicia, en especie y destinada a la manutención del párroco o para la fábrica de la iglesia, sólo alcanzaba una pequeñísima parte del valor del diezmo. En Molinaseca consistía en pagar medio real cada vecino, y en Onamio "se reduze a que cada vezino, incluyendo las viudas, paga cada uno un quartal de centeno que perziue la parroquial de este lugar”. En el resto de los lugares era Parecido.
El Voto de Santiago, por último, lo pagaban los campesinos en relación con el número de parejas de bueyes, que utilizaban para trabajar la tierra, o en proporción al grano o uva recogida. Por ejemplo en Molinaseca se pagaba de esta manera: “cada labrador de par de labranza, cogiendo quatro fanegas de pan, y de ahí arriba, ha de satisfacer ( ...) tres zelemines de zenteno; y el que solo tubiere medio par, y aunque no lo tenga, cogiendo dicha porción contribuye la mitad; y el cosechero de vino que llegare a doce cántaras media, y no llegando a las expresadas cotas de pan y vino, está en práctica no darse”. En los demás pueblos del municipio ocurría algo semejante, sin casi ninguna variación.
Todos estos tributos, derechos y prestaciones eran pagados por una población escasa en número y pobre en recursos. El CUADRO IX recoge la población de los pueblos del municipio en los años 1587,1591 y 1752, medida en vecinos. Dado el carácter fiscal de los censos mencionados es necesario aplicar un coeficiente, normalmente se utiliza como tal e14, para conocer el número total de habitantes. Hecho esto, vemos que en general se trata, con la excepción de Molinaseca, de pequeñas aldeas que a penas llegan a los ciento cincuenta habitantes. En conjunto; la población alcanzaba poco más de los 1.200 habitantes.
Un rasgo de la demografía del Antiguo Régimen en el Bierzo es su lento crecimiento, por no decir su casi estancamiento secular. Si nos fijamos en el caso de Molinaseca, cuya población la estima J .M. Bartolomé en 399 habitantes en 1591, sube a 418 en 1631"desciende a 364 en 1752 y ligeramente vuelve a subir a 386 en 1787. El resumen de dos siglos es claramente, de estancamiento demográfico137.
Pese a todos estos impuestos y a la pobreza de sus habitantes, durante la Edad Moderna estos pueblos ligados al Camino de Santiago, siguieron mostrando, como en la Edad Media, su solidaridad hacia los pobres y peregrinos. En el Acebo se mantenía la costumbre, derivada del privilegio de los Reyes Católicos138, de colocar estacas para que los peregrinos no se perdieran por la nieve, como atestigua en 1532 Claude de Bronseval en su viaje a Galicia. El viajero come en Rabanal y “después de comer continuamos el camino, y comenzamos poco a poco a subir altas montañas que forman la frontera del reino de Castilla. Cuando habíamos andado ya cerca de una legua, encontramos a lo largo de la ruta grandes y gruesas estacas de madera, hincadas en las cimas de las montañas y en las empinadas pendientes; en el invierno, cuando abunda la nieve, sirven para indicar el camino a los viajeros. Estas señales se encuentran en la montaña, allí donde el peligro es mayor”139 .
Además de las señales, también se mantenía la tradición hospitalaria en todos los pueblos del Camino. En el Acebo, según el Catastro, “ai un hospital para amparo de pasajeros y peregrinos que no tiene más renta que lo que suple el concejo”, el cual pagaba cada año 400 reales "en la asistencia y manutención del hospital de este lugar”. El hospital era una pequeña casa, semejante al de Riego de Ambrós que, según las mismas respuestas del Catastro, tiene "un hospital con dos camas para todo género de enfe mos y pobres peregrinos con la renta an ual de diez reales “ , más otros cien que le que le da el concejo "para poder mantenerse dicho ospital con sus camas y además dan los vezinos de este lugar la limosna posible para el refugio de los mencionados pobres”. De esas dos camas, normalmente en habitaciones separadas, una era para hombres y otra para mujeres.
En Molinaseca subsistía el hospital mandado hacer en el siglo en 1512 por el obispo de Astorga, don Sancho de Acebes, probablemente sobre el solar de otro anterior medieval. José Mª. Luengo dice que este obispo lo reconstruyó pues había sido destruido por un voraz incendio 140 .Según un documento posterior tenía 296,80 m+ de superficie141, era por tanto bastante grande y seguramente con varias salas y dependencias. El Catastro de Ensenada señala, sin embargo, que "unicamente hay una casa de hospicio reducida, de mala fábrica, y cortas rentas, la que sirbe de recoger de noche a los pobres que caminan a quienes por una vez comunica el tasado limento de sopas y un huevo, ruyos gastos suple la cofradía intitulada del Hospital, con los réditos de unos censos de poca entidad y un prado que administra situado en este término”. Malo el hospital, o tal vez no tan malo como quieren hacer verlos vecinos, pero hospitalario el concejo que ofrece a cada peregrino como alimento una sopa y un huevo.
La mayoría de la población del municipio se encuadra socialmente en el estado general, es decir era pechera, pues había muy pocos nobles. El censo de 1591 (CUADRO X) nos informa que todos los habitantes del municipio, con la excepción de algunos vecinos de Molinaseca, son pecheros. En conjunto suponen e185,5 por cien del total de habitantes, mientras que los del estado noble apenas superan el 12 por cien. En el siglo XVIII no se modificó sustancialmente esta situación. En Onamio, de 34 vecinos sólo uno era del estado noble; en Paradasolana los 38 vecinos eran del estado general. Sólo eran relativamente numerosos en Molinaseca, donde estaban establecidas algunas familias nobles, propietarias de ricos viñedos. Entre las casas solariegas que aún se conservan está la casapalacio del señorío de CangasPambley, del siglo XVIII, ornada con numerosos escudos, con las armas de los CangasPambley y los Seranos Picones, y una inscripción que dice: "ESTAS ARMAS D E LA CASA DE CANGAS y PANBLEY CON SU CASTILLO Y DRAGONES SON PORCALLAS. SERANOS TICONES DEFENSoRES DE LA LEY SON DE SANGRE DE LOS GODOS MUI FAMOSOS CA VALLEROS Y EN LAS CORONICAS SE ALIARON CON EL YNFANTE PELAYO. SON RESTAURADORES PRIMERO". En general todos los habitantes son labradores, con la excepción también de Molinaseca, villa en la que hay algunos artesanos (de los que luego hablaremos) y varios profesionales, entre ellos barberos, sangradores, notarios, escribano, etc.
La economía del Antiguo Régimen tuvo como base la agricultura y la ganadería, siendo de escasa importancia en nuestro municipio las actividades artesanales o el comercio, con excepción de la venta del vino. La agricultura tenía un carácter autosuficiente, de ahí el policultivo como elemento más característico del paisaje agrario; peroexistían grandes diferencias entre Molinaseca y el resto de los pueblos del municipio. Mientras en aquella villa había una gran variedad de terrenos y cultivos, en el resto, pueblos de montaña, lo que abundaban eran las zonas de monte (de pastos o incultas), y las tierras centenales. Por ejemplo, el Catastro de Ensenada clasifica de este modo las especies de tierras de Molinaseca:
-Una de regadio que se disfruta todos los años dos veces, la primera de cebada en verde, y la segunda de diferentes legumbres que se siembran y cogen por el otoño.
-Otra ta mbién de regadio que asimismo da dos frutos de yerva, uno que llaman de pelo la qual siega y coge por san Juan, y otro por otoño.
-Otra también de regadio en dicha especie de prados que solo tienen sus dueños el primer fruto o pelo de san Juany luego quedan pastos comunes.
-Otra asimismo de regadío que produce todos los años alubias.
-Otra de secano que produze también todos los años alubias,
-Otra de prados de secano nominados llamas que producen anualmente
-Otra de la misma especie y nombre y de secano, que produce cada segundo año,
-Otra de secano que produze trigo anualmente.
-Otra de la misma especie y de secano que prod uce trigo cada segundo año.
-Otra de secano centenal que produce anualmente
-Otra de la misma especie de secano que produce c ada segundo año
-Otra de secano que produce ceuada en verde anualmente.
-Ota de secano que produce cada segundo año ceuada en se co.
-Otra de secano que son las viñas y dan fruto todos los años.
Algunas de dichas tierras de secano de zeuada, trigo o centeno fructifican todos los años, aunque en corta porción de unos de dichos tres géneros respectivamente y el siguiente año garbabzos.
-Otra de montes altos y vajos, matorrales, esco bas y otras malezas que sirben de pasto común y corta de leña para los hogares, reparar y componer sus casas sin interés por uno no otro al concejo.
-Y ultimamente de tierra ynfructife ra y pelada por ser peñas, varrancos intransitables, debiendo prebenir que en dicha especie de secano para centena se dan tierras que necesitan quatro años de hueco para que fructificquen por su ruindad que se azerca a ynfructifera.
Por el contrario, en el Acebo y el resto de los pueblos de montaña estas tierras se reducían a solo cinco especies:
-Huertos de ortaliza de secano que fructifican todos los años
-Tierras zentenales de secano que produzen un año y descans an otro Prados de regadío y secano que producen todos los años, unos dos pelos y otros uno.
-Praderas de rozo y pasto que comen a pico los ganados de este lugar y sus comuniegos.
-Tierras inclutas por naturaleza, brañas, puertos y montes que no producen utilidad alguna.
En la villa de Molinaseca, cuyo término comprendía 3.080 fanegasl42 , las tierras se distribuían de este modo: 105 fanegas y media de huertos, 411 fanegas y media de tierras de cereal (de las cuales 362 se dedicaban al cultivo de centeno), 503 fanegas (o 4.026 jornales) de viña, 69 fanegas de prados y 1.981 de monte, de las cuales parte inculta y parte cultivada, según un sistema de rozas o bouzas. Estas 1.981 fanegas significaban el 64 por ciento de la superficie del pueblo de Molina, por lo que las tierras útiles no alcanzaban más del 36%.
De estas tierras, casi la mitad se destinaba al cultivo de la vid, convirtiendo a Molinaseca, tierra excelente de piedemonte, en uno de los lugares del Bierzo en el que ese cultivo alcanzaba una proporción más elevada. También resulta llamativa la extensión de la huerta, un 9 por ciento, muy superior a la media del Bierzo en ese siglo, que no llegaba ni al uno por ciento del terrazgo. Entre los productos cosechados, la respuesta once del Catastro señala: Vino, trigo, cebada, centeno, garbanzos, alubias, cebollas, pimiento, calabazas y frutas, cuyo número y producción indicamos en el CUADRO XI.
En el resto del municipio las tierras de cultivo no alcanzaban ni el diez por ciento del terrazgo; la mayor parte era monte y pasto. No es extraño el importante papel de su ganadería. El CUADRO XII, en el que se refleja el número de cabezas de ganado de todos los pueblos, muestra la importancia económica de este sector tan fundamental en la vida campesina. La abundancia de montes y dehesas explica la importancia del ganado ovino y cabrío, pues ellos solos suponen el 83 por ciento del total; pero no son desdeñables tampoco el ganado vacuno y el porcino, aquél para el trabajo de los campos y éste para el consumo humano. La media del ganado de cerda viene a ser de poco más de un cerdo por vecino. La miel era también un importante ingrediente de la dieta, por ello hay un número tan elevado de colmenas, sobre todo, porque las abejas podían utilizar la abundante urz para libar el azúcar de sus flores.
Dejando a parte Molinaseca, villa en la que se mencionan algunos artesanos (3 tallistas, un carpintero, un herrador, 2 herreros, 3 zapateros, 2 sastres, un tejedor de lienzos y un maestro de postas), la única actividad industrial del municipio eran los molinos. La mayoría de los pueblos contaban con uno o varios pequeños molinos, casi siempre de una rueda, de propiedad privada, aunque algunos pertenecían a instituciones religiosas. En Molinaseca había cinco molinos, dos de dos ruedas, uno ropiedad de doña María de los Angeles González, y otro de la iglesia parroquial; y tres de una sola rueda, de Joaquín Tejón, Juan de Valle y Bernardo Ponce, respectivamente. En Onamio había tres de una rueda (uno de ellos de don Cristóbal de la Vega, presbítero); en el Acebo cuatro, de una rueda cada uno; en Folgoso cinco, también de una sola rueda, y en Riego de Ambrós sólo uno, pero de dos ruedas
EL MUNICIPIO DE MOLINASECA : APUNTES
Por Rogelio Meléndez Tercero
El siglo XIX se abre con una profunda crisis política y social, en la que las viejas bases del edificio del Antiguo Régimen serán puestas en cuestión. Entre ellas la pervivencia de los señoríos jurisdiccionales, la enorme concentración de la propiedad de "manos muertas" , la división estamental de la sociedad y el absolutismo monárquico. Este proceso se vió acelerado como consecuencia de la Revolución Francesa y sobre todo por la Guerra de la Independencia, pues a la par que se luchaba contra el invasor francés, las Cortes de Cádiz llevaban a cabo una ingente labor legislativa, disolviendo los viejos vínculos señoriales y elaborando una Constitución, la de 1812, cuya corta vigencia no empece su importancia programática en el curso del siglo XIX.
La guerra trajo consigo desastres sin cuento. Los franceses llegaron al Bierzo a finales de 1808 persiguiendo al general inglés J. Moore, que buscaba Coruña para embarcarse en la flota que lo esperaba con destino a Inglaterra143. Desde Astorga, Moore, que no acepta los planes del general español que está la mando del ejército, Pedro Caro Sureda, marqués de la Romana, de resistir en los Montes de León, huye hacia Coruña por Manzana!. La Romana debe hacerlo por Foncebadón, en aquel invierno nevado y frío, como recuerda el informe de don Hilario Giral: "El ejército español, en el mes de enero, salió de Astorga, por la parte de Galicia llamada de Juan Cebadón (Foncebadón), y llegamos al oscurecer a Rabanal del Camino, en donde nos alojaron en los pajares, por estar nevando. A eso de las once de la noche, nuestro coronel D. Ramón Osén se presentó por dichos pajares, llamándonos con el mayor sigilo para que fuésemos a formar a la plaza; pero la. tropa tenía pocas ganas de salir de su alojamiento; pero al fin condescienden al mando de su Gefe, y nos fuimos a reunir a la plaza: Emprendimos la marcha con dirección al pueblo del Acebo, a eso de las doce de la noche, que a pesar de que caía mucha nieve, había bastante luna y estaba la noche clara. Al subir la primera cuesta nos encontramos con unas cuantas carretas cargadas de paño azul, las cuales iban a ser cojidas por los enemigos, por la que nuestro Coronel nos dijo que cortásemos cada uno unas cuantas varas de aquel paño para abrigarnos el cuerpo, y que no le quedase nada al francés. Seguimos nuestra marcha por entre la nieve, por escalones, para abrir el camino, elevándonos por compañías. Al amanecer llegamos al Acebo, ya poco continuamos la marcha hacia los Barrios, desde cuyo punto distinguíamos las columnas enemigas que se hallaban en Ponferrada” 144 .
Por su parte, el marqués de la Romana en carta dirigida desde el Cuartel General de Orense al Ministro de la Guerra, el 18 de enero de 1809 recuerda que ('el uno de enero llegué a Molina Seca, y establecí mi cuartel General, y el día próximo (. ..), a las doce de la noche, salí para los Barrios, donde me detuve hasta que amaneció” 145: De allí, por Valdeorras, se dirige a Orense para de este modo escapar de las garras de los franceses, e iniciar en Galicia la resistencia.
Molinaseca, aunque de forma esporádica, se vió envuelta en los avatares de la Guerra de la Independencia, por ella pasaron destacamentos de soldados, y contribuyó con sus medios al sostenimiento del ejército, no sin algunas quejas del concejo dada la penuria de los tiempos. Pero junto a los desastres de la guerra, tam bién en esos años se llevan a cabo los primeros intentos de reforma social y política, como la desaparición de los señoríos jurisdiccionales, que en nuestro municipio afectará unicamente a Paradasolana y Castrillo del Monte, pertenecientes a los condes de Alba de Liste. La principal reforma política será la reorganización territorial de España en provincias y municipios, que aprobará en 1834 el ministro Javier de Burgos.
Entre los municipios creados, e integrado en el Partido Judicial de Ponferrada, se constituirá el de Molinaseca, del que Madoz, en 1845, dice que lo integran los pueblos de “Acebo, Folgoso y las Tejedas, Castrillo del Monte, Onamio, Parada Solana y Riego” 146. Su organización municipal, también según Madoz, estaba formada por un alcalde, un teniente de alcalde, seis regidores y un síndico.
La principal reforma social de los liberales del siglo XIX fue la Desamortización, que llevan a cabo Mendizábal y Madoz con sendas leyes aprobadas en 1836 y 1855 respectivamente. Dicha desamortización afectará a los bienes de manos muertas de la iglesia, a las cofradías e instituciones de caridad ya los propios bienes comunales de los pueblos. No es objeto del presente trabajo hacer un estudio de la Desamortización en el municipio de Molinaseca, para lo que remitimos a los libros de Miguel J. García, pero sí mencionar lo ocurrido con algunos hospitales, por su relación con el Camino jacobeo, que tanta importancia ha tenido en la historia de nuestro municipio.
Por ejemplo el de Riego de Ambrós que, como ya hemos señalado anteriormente, era un pequeño y pobre hospital de peregrinos y pobres, cuyos bienes se reducían a seis pequeñas fincas rústicas, las cuales fueron tasadas en 1.312 reales y vendidas en 1874, por 4.004 reales, al madrileño Luis Moreno Souza. Por su parte, el edificio y los bienes del hospital de Molinaseca, se vendieron en varios lotes: el edificio y una pequeña huerta aledaña lo adquirió en 8.600 reales, ello de mayo de 1859, el vecino de Molinaseca Andrés Rabanal; dos fincas rústicas de 1 hectárea y 88 áreas, las adquirieron en 31.300 reales, el 1 de octubre de 1859, Ramón Fernández y otros convecinos; y por último, el 14 de junio de 1864, el abogado ponferradino Valentín Ortiz Ramos, compraba en 10.100 reales un terreno de buena calidad en el “sitio de Santa Catalina”, en el pueblo de Campo. En total se vendieron una finca urbana y tres rústicas, valoradas en 28.315 reales y rematadas en 50.000 reales.
La Desamortización no mejoró ni las condiciones de los pueblos ni la de los campesinos de Molinaseca. La población del municipio varió muy poco a lo largo de estos siglos, por un estancamiento crónico, que se ha visto afectado aún más en estos últimos años por un grave proceso de despoblación. Según Madoz, fuente no muy fiable, el municipio tenía 250 vecinos y 1125 habitantes. Probablemente esta exigua cantidad se explique por la gran epidemia de cólera del año 1834 que afectó de una forma muy intensa a Molinaseca, pues 62 vecinos sufrieron la enfermedad, de los cuales 23 fallecieron147 . Aquella cifra de Madoz asciende a 1974 habitantes en el primer censo oficial de 1857, lo que supone un crecimiento espectacular, pero que hay que tomar con reservas por las cifras tan bajas de Madoz.
Desde entonces, lenta pero inexorablemente el municipio ha ido perdiendo población: 1887, 1707 hab.; 1900, 1640 hab.; 1940, 1547 hab.; 1980, 710 hab, En esta última década de siglo, la población ha crecido levemente, pero todavía está hoy por debajo de los 1.000 habitantes. Con excepción de Molinaseca, que tiene algo más de 600 habitantes, el resto son pequeños pueblos, que no llegan al medio centenar; incluso, como hemos dicho, varios pueblos de montaña están abandonados, como las Tejedas, Folgoso y Castrillo del Monte.
Sí ha habido, por el contrario, algunos importantes cambios en las actividades económicas del municipio. En el siglo XIX, la actividad fundamental seguía siendo la agropecuaria. Madoz señala que la riqueza imponible de Molinaseca se desglosaba así: el 97,24 por ciento correspondía a la riqueza territorial y pecuaria, y el 2,75 a la riqueza industrial y comercial; cifras que muestran el peso abrumador de las actividades agropecuarias. La agricultura a penas sufrió alguna modificación, aunque Madoz señala en todos los pueblos el nuevo cultivo de la patata, introducida en el Bierzo a finales del siglo XVIII. En nuestro siglo, después de la filoxera, el cultivo que ha experimentado un mayor crecimiento es el viñedo, pues de las 530 hectáreas labradas, 117 se dedican a ese cultivo, lo que significa más de 22 por ciento del terrazgo.
Sin embargo, el cambio más espectacular ha sido el que afecta al sector ganadero. Madoz menciona en el siglo XIX como característico de muchos pueblos el ganado vacuno, lanar y cabrío; es decir, el tipo de ganadería que ya hemos visto en el Catastro de Ensenada. Así se mantuvo hasta bien entrado el siglo XX. En 1945, había en Molinaseca 318 cabezas de ganado bovino, 650 de ovino, 600 de caprino, 214 de equino y 100 de ganado porcino. En 1980 las cifras habían cambiado muy levemente, afectando sobre todo al ganado caprino (170cabezas) y al ovino (385), que descienden como consecuencia del abandono de los pueblos.
Pero a partir de entonces se ha incrementado de forma muy notable el ganado de cerda, que en el censo de 1990 alcanzaba ya casi las 5.000 cabezas. La razón no es otra que las granjas, especialmente la de Frimols, que la utiliza como engorde de su propia empresa de embutidos. y es que en relación con esta ganadería, se ha desarrollado una poderosa industria cárnica (Frimols, Armols, Pirri, Embutidos el Abuelo), que sacrifica al año más de 20.000 cerdos, y que ha hecho famosos los embutidos de Molinaseca, especialmente el botillo l48 , plato rey de la gastronomía berciana. Sin duda es hoy el sector más dinámico y con un gran futuro que, junto con la cercanía a Ponferrada, puede cambiar el sentido negativo de la demografía, pues la villa es atractiva como residencia secundaria.
Pero Molinaseca no ha olvidado su tradición jacobea. En estos últimos años se han abierto nuevamente algunos albergues para peregrinos, como los de el Acebo y Molinaseca, este último restaurando la vieja ermita de San Roque, a la salida del pueblo en dirección a Ponferrada. En estos momentos se está construyendo uno nuevo en Riego de Ambrós, con un presupuesto de 28 millones de pesetas.
Molina no es sólo tierra de paso en el Canino, también es tierra acogedora, con un gran atractivo turístico. Cuenta con varias casas rurales (El Palacio, Casa San Nicolás)
y numerosos restaurantes (Mesón real, Casa Ramón, Posada Muriel, Casa de Marcos, El Puente Romano y otros muchos). En definitiva, Molinaseca y los pueblos del Camino se han volcado hacia el turismo, mejorando sus infraestructuras y restaurando su patrimonio. No es casualidad que se esté incoando un expediente de Bien de Interés Cultural de todo el conjunto histórico-artístico de la villa, pues realmente se lo merece.
Notas y bibliografia
1 Uno de los pueblos se llama Paradasolana, en frente se encuentra un lugar denominado El Abesedo.
2 Las Tejedas aparece mencionado otras veces como las Tejadas. Lo mismo ocurre con el río de Molinaseca al que unos documentos denominan Molina o río Mayor, mientras que actualmente se le nombra como Miruelo o Meruelo.
3 T. MAÑANES (1981): El Bierzo prerromano y romano. León, p. 304-305.
En 1774 el viajero inglés Whiteford, al pasar por Foncebadón, comenta lo vivo de esta tradición: "Noté montones enormes de piedras con cruces de madera; mi compañero de viaje me dijo que cada gallego de regreso a su país, se creía obligado a echar un piedra sobre esos montones, lo que a la larga ha formado como montañas".
4 Un documento del año 946, en tiempos de Ramiro 11, que habla de una asamblea en el Monte trago (Foncebadón) cita ya esta STRATA (término que en la Edad Media identificaba las antiguas calzadas romanas): "Per terminos de 11I0 Espinazo quomodo descendit de Monte Irago ad ipsum riuulum quem uocitant Tablatello... et inde tornat per ipsam stratam de Penna Galendi sicut discurrit per Folgoso ad ipsum uallem qui est iuxta ipsam ciuitatem desuper Tablatello, et deinde descendit per ipsum uallem que exit ad castellum de Xano et reducit ad ipsam stratam de Irago, deinde quomodo conclusit ipsa strata ipsos montes quousque se tornat de ipso Espinazo unde incipit". Tomado de J. RODRIGUEZ (1970): "Las vías militares romanas en la actual provincia de León". En Legio VII Gemina. León, p. 417.
5 T. MAÑANES : Ob. C it., p. 300 Y ss.
6 F. MIGUEL Y J.A. BALBOA (1994) : "El Bierzo prerromano". En Historia del Bierzo, Diario de León, p. 4 Y ss.
7 T. MAÑANES (1987): Arqueología de la cuenca leonesa del río Sil (Laceana, Bierzo, Cabrera). Valladolid, p. 70-72. 6 MA RABANAL (1988): Vías romanas de la provincia de León. León, p.45.
9 J. FERNÁNDEZ ORDOÑEZ (19 88): Catálogo de puentes anteriores a 1936. Madrid, p. 93-96.
10 A. RODRIGUEZ COLMENERO (1979): Augusto e Hispania. Conquista y organización del Norte peninsular. Bilbao; EJ. LOMAS SALMONTE (1989): Asturia prerromana y altoimperial. Oviedo.
11 EJ. SÁNCHEZPALENCIA (1983) : "las explotaciones auríferas y la ocupación romana del Noroeste de la Península Ibérica", 11 Seminario de Arqueología del Noroeste. Madrid, p. 226-246; IBIDEM (1983): "Explotaciones auríferas en el Conventus Asturum", Indigenismo y romanización en el Conventus asturum”. Madrid Oviedo, p. 68-87.
12 J. SANCHEZPALENC IA (1983): "Explotaciones auríferas en el Conventus Asturum", Indigenismo y romanización en el Conventus asturum. MadridOviedo, p. 68-87. Ver especialmente los mapas y planos de las pág. 83 Y 85.
13 T. MAÑANES (1987): Ob. Cit., p. 71-72.
14 J.I. GONZÁlEZ RAMOS (1994): "El B ierzo Altomedieval", en Historia del Bierzo. Edit. Diario de león, p. 25 Y ss.
15 G. CAVERO Y E. MARTiN (1999): Colección documental de la catedral de Astorga. I (6461126). León, p. 51. El documento, que algunos consideran falso, continúa: "Sicuti duscurrit per ipsas valles et sicut noscitur ribulus de Molina, de parte de foras usque in terminum qyi exiit ad strata de Irago per roboretum de aqua et quomodo discurrit ipsa strata usque in valle de Gontes; et inde exiit per ipsas convalles usque in Tablatello.."
16 J. A. BALBOA: "Castroventosa en la Edad Media". En Actas de las Jornadas sobre Castro Ventosa. Cacabelos, 2003, p. 143.
17 A. QUINTANA (1968): El obispado de Astorg a en los siglos IX Y X. Astorga, p. 65-203.
18 A la mayoría de ellos ha dedicado A. QUINTANA pequeñas monografías, publicadas en diversas revistas, y recogidas en 1984 en tres tomos, con el título de Estudios Bercianos, publicados por la editorial Bérgida de Ponferrada.
19 Así lo sitúa el documento del año 946, que sobre el concilio de Irago , publica el P. FlÓREZ (1762): España Sagrada, t. XVI. Madrid, p. 438 Y ss.: "Vicemalo Abbas Monas terii Sanctae Mariae, quod situm est justa rivulum quem vocitant Tablatello sub Monte lrago, in confinio Vergidense".
20 A. QUINTANA (1963): Peña Iba. león, apéndice 1.
21 A. QUINTANA (1983): "Compludo, sede del concilio de Irago", Temas Bercianos, Ponferrada, 403-420.
22 P. FlÓREZ: Ob. Cit. pág. 439.
23 A.H.N. Códice, nO 970, fr. 20 Y 372.
24 S. LOSADA CARRACEDO (1908): "Monasterios bercianos", en libro de la Coronación de la Virgen de la Encina. la Coruña, p. 128.
25 J.A. BAlBOA (1997): El monasterio de Carracedo. leó n, p. 98 Y ss.
26 M. DURANY (1989) La región del Bierzo en los siglos centrales de la Edad media (1070-1250) Santiago de Compostela, p. 30 y ss.
27 A QUINTANA (1984) "Pueblos y hospitales de la ruta jacobea en la diócesis Astorga”, en Temas bercianos Ponferrada, t. III, p 521-582 ; G. CAVERO (1987). Peregrinos e indigentes en el Bierzo medieval (s XIX VI) Ponferrada, p 44-100.
28 A QUINTANA (198)r "Poibueno y San Martín de Montes", en Temas Bercianos Ponferrada, t. III p 339-404 02 "
29 A QUINTANA (1984) Fonceba dón (ensayo sobre su historia) Temas Bercianos Ponferrada, t. I, p 119-274.
30 IBIDEM, p. 231.
31 Tumbo Negro de Astorga, n° 306 ."Donación a la Yglesia de Astorga echa por Pedro Petriz de Castrocaluon y su mujer Da Eluira, sus hijos e hijas, de toda la heredad que adquieron por su dinero en los confines del Vierzo en el lugar de Molina Seca, deuajo del monte Irago, que se compone de tierras, viñas, huertas, árboles, prados, montes y de otras qualesquiera cosas que allí les pertenezca".
32 P. LOSCERTALES (1976): Tumbo del monasterio de Sobrado de los Monjes (cit. T. SOB.). Madrid, tomo II, n° 245
33 T.SOB., n° 216
34 T.SOB. n° 211
35 M. MARTINEZ ( 1997): Cartulario de Santa María de Carracedo (Cit. C.C.), n° 388
36 M . DURANY (1989}" La región del Bierzo en los siglos centrales de la Edad Media (1070-1250). Santiago de Compostela, p. 30.
37 T.SOB, n° 223
38 A. QUINTANA ( 1971): Tumbo Viejo de San Pedro de Montes (cit. T.V.M), n° 202
39 T. SOB., n° 219.
40 IBIDEM, n° 228.
41 IBIDEM, n° 232.
42 ONAMIO es un p ueblo al que ya mencionan escrituras del siglo X. Así en el año 950 Fredenanda dona al monasterio de Peñalba una heredad en el lugar de Unamio (AHN, códice 1197 B); en el 991 dan al monasterio de Bárcena "todos los bienes entre los términos de Riego de Onamio (sic), San Feliz y Tabladillo" (B.N. Ms 4357, f. 101, esc. 351); en 1217, entre los confirmantes de una escritura hay un "Fernandus Petri de Unamio" (C.Carrizo, n° 100); en 1240 Pedro González y su mujer venden a Sandoval "una terra cum suo monte in termino de Unamio, sub signo Sant Salvador, in Val de Salgueiros" (C. C. n° 23), escritura en la que ya se menciona su iglesia parroquial, con la advocación de San Salvador.
43 De PARADASOLANA no he hallado ninguna mención antes del siglo XVI .
44 B.N. Tumbo Negro de Astorga, n° 249.
45 G. CAVERO (1992): Catálogo del fondo documental del monasterio de Santa Clara de Astorga, León, n° 75.
46 Privilegio de los Reyes Católicos. "Por cuanto nos somos informados que en el camino Real que es entre el lugar de Acebo y el hospital de Foncebadón que son en el Puerto de Rabanal de la entrada del reino de Galicia, a causa de la mucha nieve que en el dicho Puerto cae peligran muchos Romeros de los que van en Romería a visitar la Iglesia de Santiago de Compostela, y nos, queriendo que Nuestro Señor sea servido, mandamos al concejo de homes buenos del dicho lugar de Acebo que pongan ochocientos palos en todo dicho camino que es del lugar del Acebo hasta el Hospital de Foncebadón, los cuales pongan fincados en la tierra y salidos y descubiertos mucha parte de ellos por manera que, aunque en el dicho puerto caiga tanta nieve que en cubra a los caminos, queden descubiertos todos los palos para que los Romeros sepuedan guiar por allí y salir a poblado. Otro si, los mandamos que cuando cayese la nieve tan grande que des pues cubiertos los caminos queden peligrosos, de mandar al concejo sea obligado de enviar personas que abran y fagan sendas en los Lugares peligrosos que hubiere desde el lugar del Acebo hasta el Hospital de Fuencebadón y porque en dicho lugar del Azebo no podía cumplir lo susodicho que por nos le es mandado cumplir, los vecinos son pobres y es pequeño el pueblo, y asimismo porque movidos de piedad el dicho Concejo a fecho agora un Hospital en el dicho lugar en que los pobres Romeros son acojidos y hospedados y le dan algunas cosas para su sostenimiento, y por hacer bien y merced al dicho Conzejo y vecinos y moradores del Lugar, es nuestra merced y voluntad que agora y de aquí'adelante para siempre jamás, sean francos de pagar y que no paguen pedidos, ni monedas, ni hermandades, ni martiniegas, ni yantares, nin velas, nin rondas, ni otros qualesquier pedidos ni derramas, nin empréstitos nin repartimientos que nos debían de dar y pagar, como lo que echaremos de aquí adelante, así nos, como los Reyes que después de nos vinieren para siempre jamás, y otrosi es nuestra merced y voluntad que no vayan ni sean llamados a ninguna guerra que nos ficieramos ni a las que los Reyes que después de nos vinieren, ficere de manera que no nos hayan de pechar ni pagar cosa alguna, que lo susodicho, nin de otros pechos nin derechos, salvo la Alcavala y Monedaforera que es nuestra merced y voluntad que nos 10 paguen, según que nos 10 paguen10s otros vasallos de los reynos y señoríos. Tenemos por bien y mandamos que, esta nuestra carta de merced, sea guardada y cumplida en todo, según que en ella se contiene tanto que el Concejo y homes buenos del lugar del Acebo sean obligados a cumplir lo dicho. E mandamos a los nuestros arrendadores y recaudadores mayores y fieles y cofrades y terceros y mayordomos y otros cualesquier personas que tienen y tuvieren en renta o en fieldad o en otra cualquier manera en el dicho lugar del Acebo que non pidan ni demanden al Concejo y homes buenos cosa dicha de los susodicho, ni parte de ello, nin otra cosa excepto la Alcabala y moneda forera, lo cual todo que dicho es nuestra voluntad y merced que asi se haga y cumpla no embargante cualesquier Leyes de nuestros Reynos que en contrario de esto sean o ser puedan. ( ) ada en la noble villa de Medina del Campo aveinte y un dia de mayo año del nacimiento de Nuestro Señor Jesuscristo de mil cuatrocientos y ovhenta y nueve años". Tomado de J. CARRO (1955)' Maragatería, El Bierzo, Galicia, Siria y palestina, en antigua y desconocida ligazón histórica. Madrid, p. 6467.
47 AHN., códice 1197
48 M. DURANY (1989) : La región del Bierzo en los siglos centrales de la Edad Media. Santiago de Compostela, p.74.
49 P. FLOREZ, E.S., XVI, p. 492
50 A. QUINTANA (1984): "Fonc ebadón (Ensayo sobre su historia)". En Temas Bercianos, I, p. 184.
51 TVM., n° 99
52 TVM, n° 148 y BN. T. Negro, n° 170
53 M. DURANY (1989): Ob. Cit, p. 35.
54 TVM., n° 202
55 T.SOB., n° 23 0
56 T. SOB., n° 239 .
57 Esta Santa María de Villafranca es el monasterio de Cluny de esta localidad. Por el documento sabemos que también tenia propiedades en Molinaseca
58T.SOB., no246.
59 J. FERNANDEZ ORDO~EZ (1988} Catálogo de puentes anteriores a 1936. Madrid, p. 97-102
60 JESUS GARCIA (1994): Pueblos y ríos bercianos (significado e historia de sus nombres). Ponferrada, p. 170.
61 JAVIER GARCYA (1992):EL significado de los pueblos de León. León, p. 245.
62 T.SOB., n° 227
63 T.SOB., n° 228
64 TVM., n° 202.
65 TVM., n273 ..
66 C.C., n° 249
67 C.C., n 47
68 C.C., n° 10 48
69 TVM., n° 148
70 T.SOB., n° 21 8 y 216
71 T.SOB., n° 220
72 T.SOB., n° 231
73 C.C., n° 475
74 T.SOB., n° 25 .1
75 C.C., n° 407.
76 AHN, codice, n° 990, f. 179v: "do e! concedo tibi dotem sive arras, scilicet villam illam, que dici!ur Molina sica, cum omni directo suo, et morabitinos vigenti ureos..
77 AHN, códices, n° 992, f. 182: "offero e! dono ...medietatem ecclesie jure de Molinaseca, vocabulo Sancti Muchaelis quam ecclesie medietatem, cum medietate (ville) de Molinaseca". En realidad la iglesia, como veremos, no tiene esa advocación de san Miguel sino la de san Nicolás.
78 A. QUINTANA (1984): "El Señorío de Molinaseca", Temas Bercianos, III, p.79-83
79 C.C . n° 879.
80 LOSADA CAR RACEDO (1908): "Santuarios marianos en el Bierzo". En Libro de la Coronación de la Virgen de la Encina, Ponferrada, p. 163.
81 Las puertas de este santuario, en otros, fueron protegi das con planchas de hierro, porque los peregrinos tenían la costumbre de arrancar astillas para llevárselas como reliquia. También se cuenta la costumbre de los segadores gallegos de dejar en el templo, como exvoto, las hoces al regresar de la siega en tierras de Castilla.
82 C.C., n° 319
83 G. CAVERO (1 987): Ob. Cit, p. 66
84 Para este tema de la hospitalid ad ver G. CAVERO (1987): Peregrinos e indigentes en el Bierzo medieval. S. XIX VI. Hospitales en el Camino de Santiago. Ponferrada.
85 T. V.M, n" 273. En este documento hay un error en la data, pero todos loS datos, según Quintana, llevan a proponer el año 1203 Como el de su fecha más correcta. G Cavero, por el contrario, lo fecha en 1173 (ob. Cit., p. 137).
86 TVM, nº 213
87 C.C., nº 249
88 C.C., nº 413.
89 P. FLOREZ, E. S., p. 492
90 T.SOB., nº 211
91 T.SOB., nº 213.
92 M. DURANY (198 9): Ob. Cit. P. 92 y ss.
93 TVM, nº 148. .
94 A. QUINTANA (1984) : "El Señorío de Molinaseca", en Temas Bercianos.Ponferrada, t. 111, p. 34 y ss.
95 M. DURANY (1989): Ob. Cit ., p.227
96 A. QUINTANA (1984): El Señorío de Molinaseca", en Temas ~ercianos, 111, p.
40. En el apéndice I, p. 101, se incluye el documento original.
97 IBIDEM, p. 42. Apéndice II, p. 102.
98 IBIDEM, p. 44. Apéndice 111, p. 103 .
99 TVM, n° 224
100 T.SOB.. nº 2 17
101 A. QUINTANA (1 984)" Ob. Cit., t. 111, p. 53 y ss.
102 Esta Teresa es sobrina de la condesa doña Ma ría, como hija de RamiroPonce, hermano de doña Teresa.
103 El texto, con su estudio, 1 0 publicó J. RODRIGUEZ (1972) : "Fuero de Molinaseca". Tierras de León, n° 16, p. 1323; y también IBIDEM (1981) Los fueros del Reino de León, León, t. I p. 183-189, t. II, 154-156. Este autor lo fecha, en ambos textos, en 1 de agosto de 1196; pero A. QUINTANA (1984). Ob. Cit., p. 60 y ap.doc. 5, con mejor criterio. prefiere el 29 de julio de 1193.
104 T.SOB., n° 230
105 T.SOB., n° 218
106 C.C., n° 310
107 Doña Teresa como sobrina de doña María, sin duda fue encargada por su tía de hacer efectivo su testamento.
108 A. QUINTANA, Ob. Cit., T. III , p. 64. Apéndice, p. 107
109 C C n° 838
110 En 1.201 Al fonso IX, estando en Benavente, acotó el lugar de Molinaseca en favor de la condesa María Ponce, liberando el lugar de todo pecho, pedido, fonsado y hacendera, así como de cualquier otro derecho perteneciente a la Corona; prohibiéndose la entrada del merino al lugar. Lo mismo hizo más tarde Alfonso X, en 125?
111 T.SOB.. n° 220
112 TVM. nº 224
113 T.SOB., . nº 2 40
114 C.C.. . nº 629.
115.T~nR . nº fi~
116 T.SOB., . nº 24 0
117 T.SOB., n° 235
118 C.C., n° 256
119. C.C., n° 472 .
120 C.C., n° 629.
121 C.C., . nº 113 3.
122 TV M . nº 273
1231NE (1984): Ce nso de la Corona de Castilla de 1591 (vecindarios). Madrid .
124 La Jurisdicción de Ponferrada, como se dice en los nombramientos de lo s corregidores de esta villa, compredía en el siglo XVI los pueblos de Onamio, Columbrianos, Fuentesnuevas, Toral de Merayo, Pajariel, Paradela, Ozuela, Orbanajo, Villalibre, Devesas (Dehesas), San Pedro de Devesas, Priaranza,las Cabañas del Fabero, Carracedelo, Arganza y sus aldeas (Canedo, Campelo, Villanueva, Cueto y Cabañas del Portiel), San Lorenzo, Campo de Ponferrada,
Santo Tomás, Posada del Río y Barcena.
125 AHP.LEÓN. CATASTRO DE ENSENA DA(Cit. CAT. ENS.) Todas las citas del Catastro pertenecen a las Respuestas Generales y están tomadas de los microfilms que guarda el archivo histórico provincial.
126 G. CAVERO (1996) “Conflictos y revueltas contra la mitra asturicense (S. XIXV).Ponferrada, p. 140 y ss..
127 IBIDEM p. 95.
128 J.A. BALBOA D E PAZ (1984)' "El Antiguo Régimen. La sociedad". En Historia del Bierzo. León, p. 114
129 AHPL. CAT. ENS. Mo linaseca
130 J.M. BARTOLOMÉ (1996): Vino y viticultores en el Bierzo. Sociedad y estructuras económicas durante el siglo XVIII. León, 51. El Catastro, sin embargo, menciona los siguientes cargos: Juan Alvarez, alcalde por el estado noble; Joseph González y Antonio Alvarez, regidores por el estado noble; Josep Balboa y Juan Martínez, regidores por el estado llano; y Lázaro Teijón, procurador general por el estado llano.
131 Cit. Por F. GONZALEZ (1997)" Cárceles ponferradinas. Ponferrada, p. 126.
132 IBIDEM, p. 109.
133 AHPL. CAT. ENS. Respuestas Generales (Molinaseca)
134 J. CARRO (1955): Ob. Cit., p. 6769
135 AHPL. CAT. ENS. Respuestas General es (Molinaseca)
136 AHPL. CAT. ENS. Respuestas Generales (Onamio, Ac ebo, Riego de Ambrós)
134 J. CARRO (1955): Ob. Cit., p. 6769
137 J.M. BARTOLOMÉ (1996): Ob. Cit. P .268. 138 Censo de 1591 (Ob. Cit.} "El Acevo no pagais servicio por privilegio que dello teneis con cargo de poner ochocientos palos en todo el camino que ba desde el dicho lugar hasta el hospital de Fuen98vadon hincados en la tierra descubiertos porque los caminantes no peligren quando la niebe biniere tan grande que cubra los caminos. Seais obligaaos a hacer sendas y porque este es un ospital para acoxer los romeros mandó que en dicho privilegio se os guarde, cumpliendo vos el dicho concejo todas las cosas en él contenidas y que de otra manera no goceis del y mandó que el corregidor de la villa de Ponferrada tenga cargo de hacer ver por bista de ojos si aveis fecho y cumplido y haceis y cumplís todo lo contenido en dicho privilegio y ynbie relación dello a los mis contadores maiores e que los escritores deste partido notifiquen este capítulo al dicho Corregidor e la dicho concejo y envien testimonio dello a los mis contadores mayores dentro de noventa primeros dias siguientes so pena de perder los quince mrs. Al millar que lleva de salario con esta rreceptoria y que a su costa enviare persona desta corte que haga las dichas notificaciones y traiga los dichos testimonios".
139 Cit. En C. CASADO v A. CARRERA (1984). Viajeros por León. Siglos XII-XIX. León, p. 146.
140 J.M. LUE NGO (1952)" "Molinaseca y sus piedras de armas". Promesa, 7 septiembre, p. 21.
141 M.J. GARCIA ( 1993): "Desamortización de los b(enes de los hospitales del Camino de Santiago en el Bierzo. Problemas de subsistencia (siglos XIXXX)" Revista Bierzo. Basílica de la Encina.. p. 42
142 Las medidas que se utilizan son dos, u na para tierras de pan y prados y otra para viñas. Para la primera se utiliza la fanega (unas 2.304 varas castellanas cuadradas) y sus múltiplos: cuarta, cuartal, celemín, medio y cuartillo. Para las viñas la medida de tierra es el jornal, que equivale a un celemín y medio, por lo que ocho jornales hacen una fanega de tierra.
143 F. GONZLEZ (1987): Retirada de Moore y batalla anglofrancesa de Cacabelos. Cacabelos, 110 p. 144 R. LÓPEZ (1989): Valdeorras en la Guerra de la Independencia. Barco de Valdeorras, p. 95.
145 IBIDEM, p. 102.
146 P. MADOZ (1845-1850)" Diccionario geográfico estadístico histórico de España. Madrid. Edidicón Facsimil. Tomo de león. Valladolid, 1983, p. 214.
147 BOPL, 2 de septiembre de 1834, p. 303.
148 J. A. BALBOA DE PAZ (1995): "El Bolillo del Bierzo". Separata de 16 pág. de la rev. Bierzo a Punto. n° 24.