FIESTAS DE INVIERNO

Durante los meses de enero y febrero se celebran en nuestros pueblos del Bierzo las fiestas de invierno.  Comienzan el día 17 de enero con San Antonio «laconero» o San Antón  -abogado de los animales-, el día 20, los Santos mártires Fabián y Sebastián, el día 23, San Ildefonso, y el día 28 Santo Tirso  -abogado de las enfermedades de los huesos-.

En febrero las fiestas se celebran:  el día 2 ,  Las Candelas, el día 3,  San Blas, -abogado de la garganta-, el día 5, Santa Águeda -abogada de las enfermedades de mama- y el día 9,  Santa Apolonia -abogada de las muelas-.

Todas ellas, que se celebran en muchos pueblos del Bierzo,  tienen como costumbres tradicionales, la procesión, la misa y la mesa, donde no puede faltar el botillo y todas las delicias del cerdo para combatir, con un buen vino, los rigores del frío invierno.

Hay muchos dichos y  refranes que hacen referencia  a estos santos y a estas fiestas. Referimos alguna muestra de ellos:

«Por San Antón la pita pon y, por la candelaria la buena y la mala»

«Santo Tirso de Quilós, nacido na pedregueira, ten os ollos de cristal y a gorriña de madeira»

«Santo Tirso de Cabarcos, por bailar perdeu os cartos»

«Santo tirso de Carracedelo, por bailar perdeu o botelo»

Por San Blas, la cigüeña verás»

Y éste el último que las resume un poco:

«Venimos de las Candelas y vamos para San Blas, apuraibus rapaciñas que festiñas non hay más, quitando Santa Apolonia que es la que viene detrás»

   A raíz de las costumbres y tradiciones de estas fiestas de invierno, Santos González martínez nos aporta esta foto y esta bonita historia de la celebración de la fiesta de San Antonio en Narayola all por los años 50:

    » El día de San Antonio en Narayola.  Me han revelado cómo era este día hace 70 años. 
   A pesar de la nieve , Jovino Glez Mtnez iba en su yegua a Villafranaca del Bierzo por las bombas.No permitían traerlas en el coche de línea. Jovino lo hacía el día antes, pues ese mismo día, víspera de S. Antonio, había que tirar las bombas y las candelilllas. Tradición muy antigua.
Al regreso de Villafranca ,Jovino ya tiraba tres bombas en el alto del Otero, los niños que las oían 
subían a recibirlo con aires festivos.
El día de S. Antonio se descargaban las bombas en la procesión, por la tarde en el baile y las sobrantes en la verbena-Las bombas las tiraban los mozos del pueblo.
Jovino era el Mayordomo de San Antonio. -Cada vecino aportaba una cantidad voluntariamente-
Con lo recaudado se compraban las bombas y se le abonaba al cura-párroco la misa y se le convidaba a pulpo que se compraba a las pulpeiras de Cacabelos- Se leía en concejo lo que aportaba cada vecino y  EL DINERO SOBRANTE SE DABA A CRÉDITO POR UN AÑO A AQUEL VECINO QUE,  EN PÚBLICA SUBASTA, DIESE MÁS INTERESES
En cierta ocasión estando el cura D. Celso degustando el pulpo en la cantina de Javiera, Delmiro»EL Rubio» lo cogió desprevenido y le marchó con el pulpo a D. Celso . Este acto reportó las risas de los allí presentes.
También era costumbre hacer la «fogueira». Para ello se buscaban troncos y raíces para ello.
En el año de 1950, siendo alcalde -pedáneo Pedro Barra y vocales Isidro Pintor y Enrique Valtuille un señor maderista de la Martina les dió una gran «TRONCA» (raiz) que estaba en Las Colonias. Los mozos sin dudarlo se fueron para allá.Cogieron un carro de vacas y toda la juventud se puso manos a la «TRONCA» Cuando estaban cargándola aparecieron unas señoras que decían que la raíz era de ellas, pero los mozos no le hicieron caso y la cargaron.
Vinieron con ella por el camino que sale de los prados de la Cruz hacia la iglesia. En el trayecto la «Tronca»se desplazó hacia un lado del carro , y éste se «impicó», y los mozos Feliciano y Longinos , primos ellos, iban tirando del carro no soltaron la pértiga y se elevaron con ella por los aires. No sucedió nada , los demás mozos luego volvieron todo a su lugar. Las señoras, que tenían un apodo que todos conoceran y no quiero decir, siguieron a los mozos con un farol para saber dónde iban, pero Ricardo les cogió el farol y se lo tiró por los aires.
La «tronca»,  al llegar a Narayola,  la dejaron en el huerto del «tiu Juan el Moreno» que  linda con la casa de Julita Mtnez, y la «aira da tia Rafaela» que es donde está edificada la actual iglesia.
Al día siguiente la guardia civil les mandó pasar por el cuartel de Cacabelos a los mozos, pues aquellas señoras los habían denunciado. Ellos rápidamente fueron a hablar con el D. Celso, el cura. Éste les dijo que no fueran al cuartel, ¡¡menos mal!!, porque lo más seguro era que les hubieran dado una «teita» y les dijo también D. Celso que devolvieran la «tronca». Así lo hicieron, pues había mozos que estaban cumpliendo el servicio militar,  como era el caso de Boro y Daniel Nieto. D. Celso habló con el comandante del puesto de Cacabelos y los mozos restituyeron la tronca.
Nunca esta señoras llegaron a quemar dicha raiz, que era el destino que tenía en Narayola: LA FOGUEIRA.                           
La dejaron descomponerse-

 

 

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